martes, 2 de junio de 2009

Pellegrini y el Arte de Comunicar

Un chileno nuevamente es noticia en el deporte global. Y en uno de los equipos de fútbol más poderosos e influyentes del orbe: el Real Madrid.

Más allá de los 11 millones de pesos diarios que Manuel Pellegrini ganará como entrenador durante un periodo de dos años y la enorme responsabilidad de dirigir a una plantilla de jugadores de prestigio y avaluados en contratos multimillonarios, lo que me invita a la reflexión como periodista y académico es cómo Pellegrini logró su objetivo. “Lo confieso…hace 25 años me propuse entrenar al Real Madrid”, dijo durante su presentación al lado del multimillonario presidente del club merengue, Florentino Pérez. Y lo logró.

Pellegrini no sólo ha sido un profesional serio y responsable en su trabajo deportivo. Ha sido inteligente. Ha sabido trabajar el concepto de Comunicación en su planificación deportiva. Existen infinidad de matices en la comunicación y no todos somos capaces de transmitir con suficiente transparencia nuestras creencias y pensamientos aunque tengamos en nuestra mente el esquema de nuestras ideas muy claramente definido.

La realidad en las organizaciones o empresas, es que pocas personas consiguen transferir con meridiana claridad todo el contenido de sus pensamientos a los equipos que deben ponerlas en práctica.

Y es que no sólo se trata de exponer ideas, proporcionar instrucciones, o informar de los objetivos a alcanzar: lo realmente importante es orientar, transmitir una filosofía, motivar a las personas y convertirles en apóstoles de tus ideas. En pocas palabras, hoy en día no se puede comunicar si no se es capaz de liderar. Y para liderar hay que dominar el arte de la comunicación.

Pellegrini lo ha sabido hacer. Desde sus comienzos como jugador de la Universidad de Chile, donde no brilló como un Zamorano o Salas, pero sí trabajó con un enfoque claro: ser un futbolista eficiente hasta donde sus capacidades lo permitieran. Y el bichito de seguir en el fútbol, lo mantuvo hasta ser entrenador.

Lamentablemente, en Chile gran parte de la prensa deportiva lo hizo trizas por su estilo de juego, por “fracasar” con la Universidad de Chile al bajar a Segunda División, por no ser igual que el resto de los entrenadores locales. Pellegrini sabía que debía comunicar una filosofía. Y por eso pensó en global. Y viajó. Y fue a Europa a emprender de otros entrenadores eficientes, disciplinados y motivadores. Luego se fue de Chile. A Ecuador y Argentina donde triunfó. Y debió comunicar para liderar. Incluso dejando fuera a jugadores emblemáticos, carismáticos y queridos por la gente, como el argentino Juan Román Riquelme en España.

Hoy, que vivimos en un escenario altamente competitivo, caracterizado por nuevos actores, nuevas tecnologías y comportamientos cambiantes de los públicos, el logro alcanzado por Pellegrini, nos invita a reflexionar más que a celebrar. En Periodismo, la comunicación es una estrategia, un valor, un camino más allá de la información. Y eso cobra vigencia en nuestras Escuelas de Comunicación donde trabajamos por sembrar profesionales líderes… como hoy lo es el Ingeniero Pellegrini.