domingo, 26 de enero de 2014

Ellas









                                                                                                                                                                                    







...en la vida, se dice que hay momentos y momentos. Y es cierto. Aquellos en que dejamos que todo suceda con una mirada estática, sin decir nada o sencillamente impávidos. Otros momentos, en que participamos activamente, ya sea observando, escuchando, compartiendo y sintiendo esa energía maravillosa que desprende como luz a través de personas que son -sencillamente- infinitas.

Me refiero a momentos de conversaciones, diálogos, reflexiones. Que me sorprenden. 

Me ha sucedido estos últimos años, en que la vida me ha puesto puesto en importantes desafíos de existir. Conversar, compartir. Estar ahí para alguien, para nuestros hijos, para aquellas personas que queremos, respetamos y admiramos. Para aquellas, a quienes amamos.

En cada conversación, siempre descubro tesoros. 

Me pasa por ejemplo con una mujer maravillosa, que desde siempre ha estado ahí para entregar (nos) lo mejor de su sabiduría, experiencia y miradas de vida. Son diálogos que nacen desde el maravilloso silencio del amor y el agua, mezcla de universo eterno entre el cuerpo y la vida. Y luego.. el nacimiento, el desarrollo y la madurez. Triada infinita compuesta de historias miles que nos cubren de magia, belleza y dolor. 

En esta columna dominical, quisiera dedicar estas reflexiones a esa mujer que todos quisiéramos tener en vida, por toda la vida. Y que ahí, como dicen en mi Venezuela, en la chiquita, siempre aparece con una sonrisa, leal, bella, y aventurera como su corazón que vuela por todos los planetas que aún no se descubren. Buscando el sentido al Universo y compartiendo sus maravillosos pensamientos,  a través de sus ojos, sus manos, su piel con todos aquellos que ama y respeta.

El amor que nace de su vida, desde sus células y que un día dichas células la invitan a luchar por ella misma, y logra -Dios y Universo en gloria- vencer los desafíos de aquellas células ingratas. Pero sabias también. Señal inequívoca que es una gran mujer!

He descubierto que estas conversaciones con Ella, es hablar con la Vida por delante. Es aceptar lo pasado y emprender un presente mucho más firme y unido al amor. 

Sus palabras, son semillas. Como el agua se vierte sobre la tierra para oxigenar, refrescar y darle vida, aún existiendo desierto entre sus valles (de esperanza).

Una copa, y a brindar, Sea de día o de noche. Una fruta, una brazada en el agua, un abrazo cálido y tierno en la despedida o una mirada cómplice, me bendicen siempre cuando estoy con Ella. Y también es parte de mi inspiración de vida como hombre, como papá...y como (tu) hijo...

En este maravilloso domingo de enero, de un año que dicen ser del 2014, te escribo desde el Universo, desde mi corazón, desde aquellos planetas de la certeza, de la fuerza de la vida, de las estrellas del amor, de la luz del agradecimiento...estos diálogos contigo.

Y le digo al mundo, a mi vida, que vean en ti también un ejemplo de vida, de amor, de lucha, de sonrisas, de amistad. Mujer y Siempre. Mujer y Amor por todos. Mujer admirable, que cada día que pasa enamora los árboles, la tierra, el agua, el sol, y seguramente otras miradas cómplices de algún aventurero como tu que busca la belleza de la vida.

Que el mundo sepa que todos debemos cuidar estas conversaciones, estos diálogos, con Ellas, mujeres infinitas, Mujer del sol, del agua, del amor... Mujeres que hacen de un país, un mundo. Y de un mundo, un país de las maravillas, porque de ustedes también emerge la vida. Que nuestra América y el planeta entero se vistan de fiesta porque en el amor de una mujer, por ellas, por sus hijos, por sus padres, por su historia, también radica el equilibrio perfecto de nuestro Universo.

Y la historia sigue. Tu historia, tu vida y tu amor.

Gracias Mamá. Te amo.

domingo, 19 de enero de 2014

...suele suceder (Historias y Vida)


Suele suceder en la vida de un escritor, historias importantes e inolvidables. Personales, pero también foráneas. De otras latitudes, y también cercanas. Suele suceder que en un momento de inspiración, la brisa del mar, la luz de la luna, las estrellas reflejadas a través de las hojas de los árboles, naturaleza confabulada con el destino, produzca lo inesperado: el milagro. ¿Pero qué milagro? 


En estas primeras semanas de enero de este año 2014, ocurren miles de historias a mi alrededor. Y baso mi día, no sólo en el amor propio, sino también hacia mis hijos, mi familia, mis amigos, mi proyecto de vida...y también amo la esperanza. Una esperanza basada en el creer, en el sentir, en el respetar y el de sostener ideas especiales para compartir y también para multiplicar.

El amor por amor. El amor por vivir y re vivir. El amor sintiendo que eres grande y que pese a la distancia, pese a los años y los tiempos sin tiempos, existe y existimos. Por ello, son historias. Y ahí viene más en esta historia. De contar. De interpretar. De compartir. De multiplicar (contigo).

Multiplicar corazones, multiplicar sonrisas, multiplicar emociones. Cuántas veces no hemos querido compartir lo que sentimos, y finalmente por miedo, por temor o por quedarnos en un status quo (innecesario), perdemos la oportunidad de entregar (nos) a la vida, más vida. Todo ello en medio de un planeta que increíblemente gira cada vez más rápido y más vapuleado por estos corazones multiplicados en rabia, violencia y temor.

El frío que congela hoy en el norte, los incendios y las temperaturas tan altas que queman aquí en el sur; las vidas que se van producto de la violencia desmedida en países maravillosos como mi Venezuela querida; las incertidumbres, la prisa de la vida, los sueños inconclusos, los miedos, las familias resqebrajadas por las deudas y la falta de lealtad al compromiso; los partidos políticos cada día menos políticos más soberbios hambrientos de cargos y bonos... las empresas cada vez más competitivas hacia la autodestrucción y no hacia la construcción de una sociedad más sustentable... más allá de todo ello, confirman mi certeza que la vida nos pone en el mejor momento para emprender, para vivir, para aportar con nuestra inteligencia y nuestra voluntad, piezas de amor y construir con el amor nuevos valles de esperanza.

Las historias que he visto, que he soñado, que me han contado y que me han hecho sentir en estas primeras semanas de 2014, me señalan un camino iluminado por los pensamientos de cada uno de nosotros, listos, dispuestos, convencidos que podemos empezar a cambiar parte de nuestro entorno más cercano, el distante, el nuestro...nuestro Universo mismo.

El amor, la fuerza, la inteligencia, la paz que concentramos en cada pensamiento, en cada palabra, es la magia perfecta para construir éxito, abundancia y nuevos estados de vida en plenitud. Lo sé, sé que es así. Y eso, mis queridas amigas y amigos, es una realidad, es un milagro que lo tenemos a la mano, en nuestras manos, en nuestro espíritu. 

En esta nueva columna semanal, decreto con cada palabra más luz en cada uno de ustedes que me acompañan con sus lecturas, con sus ideas, con sus emociones. Desde una ciudad maravillosa del sur de Chile, acompañado por la fuerza de la vida, del amor, de mis hijos, de mis ganas, te comparto estas ideas, estas reflexiones que apuntan que a juntos sigamos construyendo nuevos corazones, nuevos momentos, nuevos proyectos y más Vida. Pura Vida!

Construir lo que he planteado desde esta tribuna de mi blog: aportar cada uno de nosotros ese ladrillo con el cual podemos edificar el castillo más hermoso de nuestras vidas. Y adornarlo con la sencillez, la humildad, los colores de un cuadro pintado tiempos, experiencias, creencias, sueños y esperanzas. De niñez, de miradas, de sabores y de encuentros.

"....y la magia, mezcla de perfumes, café y noche, elevó el corazón de un espíritu nuevo, pleno, seguro. Y la voz de un ángel, se acercó y le dijo: Vive y comparte, Vive y se parte de este Universo, único. Y da lo mejor, con inspiración y voluntad. Dijo Dios Universo". 

Fuerza para todos, mucha Buena Onda en esta semana que comenzamos juntos.