Hola nuevamente. Un gran abrazo para todos ustedes desde mi oficina de la Escuela de Periodismo de la USS (www.uss.cl) en Concepción.
Al momento de redactar este comentario, se llevaba a cabo una versión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Estados Unidos. Y uno de sus principales oradores, el presidente de USA, Barack Obama, quien por primera vez se presenta ante más de 120jefes de estado y de gobierno del mundo. Y su discurso, sacó aplausos. Muchos, incluso de pié. Algo inédito hasta ahora, ya que desde que tengo uso de razón, pocos presidentes norteamericanos habían sido aplaudidos de pie por sus colegas, en una alocución como la que Obama fue protagonista.
Pero Obama ha dejado algo muy en claro. Que el mundo y este nuevo orden global tiene un eje fundamental: el cambio climático. Y ha reconocido que Estados Unidos no puede liderar sólo el trabajo para disminuir la emisión de gases en el planeta. Claro. Se necesita del apoyo de todos los gobiernos, especialmente de aquellos países donde la emisión de gases se hace más importante: China, India, Estados Unidos, Rusia, entre otros.
Otra novedad de este nuevo orden, es cómo se están alineando los países en torno fenómenos tan cotidianos además del medioambiente. Me refiero al tema económico, la seguridad social (salud, ahorro y previsión), y a los derechos humanos.
Las ideologías cada día están quedando atrás. Lo lamento por el venezolano Hugo Chávez, quien pese a su abultada billetera proveniente de los más de 300 mil millones barriles de petróleo, ha quedado marginado tras el simple y poderoso discurso de Obama.
El nuevo orden mundial está en boca de Obama: el alineamiento de los países para luchar por la descontaminación antes del año 2030, de lo contrario los hielos del ártico desaparecerán, con consecuencias insospechadas. El alineamiento de los países para llegar a acuerdos definitivos en torno a la paz común: léase Israel-Palestina, y donde Obama -estoy seguro- jugará un papel fundamental.
Obama ha demostrado con su discurso que pretende jugar un papel más orientado hacia la conciliación que a lo imperativo, a diferencia de Bush hijo y padre. A la multilateralidad. A partir de hoy veremos cómo los países reaccionarán frente a estos temas y cómo los canalizarán a través de programas y acciones permanentes, donde impere la inteligencia, la sabiduría, el esfuerzo y el bien común.
Hasta la próxima!
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