Recientemente conversaba con un colega de la Universidad Pedro de Valdivia sobre diciembre y el período de la Navidad y lo que -en esencia- significaba para todos nosotros y nuestra sociedad en general. Y la verdad, es que de la conversación pasamos a la siguiente reflexión: ¿vivimos realmente este periodo navideño con espíritu, con responsabilidad, con lo que nos une a esta fecha?
He hicimos un breve análisis respecto a cómo Chile se ha entregado en los últimos años a una prisa, a una velocidad, a un estrés por recibir este mes como el diciembre de: las compras, de los regalos, del compromiso a no fallar en el obsequio deseado y no deseado, de la angustia a hacer estirar el presupuesto, y por cierto todo el bombardeo marketinero y publicitario de la televisión, de la radio, de las vallas publicitarias y la prensa al respecto, de los balances de fin de año, de las cuentas por pagar pendientes y las que se vienen apenas llegue el 1 de enero…
Yo le comentaba a mi colega sobre mi experiencia de vida en Venezuela cuando niño y joven entorno a la Navidad. Por ejemplo, mis recuerdos del sentir de la brisa fresca que empieza a correr a partir de octubre, y que anuncia -precisamente- la brisa navideña. Del calor a un ambiente más fresco, oxigenador. Y con ello, las gaitas (no irlandesa, sino una música tradicional y folclórica venezolana a base de tambor, maracas, cuatro, y furruco), la gastronomía propia de esa fecha (hallacas, pan de navidad) y para los que profesan la fe católica el inicio de las misas del gallo, donde las comunidades de cada urbanización o barrio se reúnen de madrugada a celebrar la proximidad del nacimiento de Jesús y luego a desayunar chocolate caliente con pan de navidad, y los niños salen a patinar en las plazas.
Le decía también el valor que tenía para las familias el pesebre o nacimiento, y el amor y la alegría con que cada hogar construía su propio pesebre por sobre el arbolito de pascua.
Hasta ahí, mi descripción. Don Juanito, mi colega, inmediatamente me llevó a su reflexión. Y me decía: “creo que en Chile nos hemos olvidado de la esencia de compartir, de reunirnos en familia, de vivir este periodo más tranquilos, en recogimiento y alegría, por sobre la competitivad y el apresuramiento. De dar.”.
Momentos de cambios
Chile y nuestra aldea global, viven momentos de cambios. Un cambio social. Esta época de dispersión, de disgregación en todo sentido, de ausencia de confianzas, de desigualdad y quiebres de paradigmas económicos, de crisis, llevan a esta persona-ciudadana, a un esquema de vida que por momentos, confunde, colapsa y preocupa.
La Navidad, para mí, representa el momento oportuno para pensar, reflexionar y mirar hacia futuro con más confianza, con más responsabilidad y transparencia. Más allá de las creencias y no creencias, diciembre me invita a pensar también cómo podemos ser mejor personas. Mirar hacia nuestro alrededor y ver qué podemos hacer para entregar algo sin esperar nada a cambio. De crecer, de madurar…
Una de mis mejores navidades que he vivido en Chile fue hace ya varios años, cuando con mis padres y hermanos, decidimos regalar una caja con alimentos ricos, carnes, galletas, con dulces navideños y regalitos, y buscamos hacia la cordillera de Los Angeles, en Chile, una casita donde esa nochebuena, no tuvieran nada que compartir y por cierto, vivir con esa magia que inspira la mesa navideña. Y la encontramos. Una señora que vivía sola con sus 4 hijos pequeños, que esa noche no iban a tener nada que comer y recibir, fueron bendecidos por esta caja que llevamos con una alegría enorme. Me quedé con el abrazo fuerte que me dieron esos niños al irnos. Eso lo llevo en mi corazón desde aquel día.
Estoy seguro que al igual que nosotros, miles de ciudadanos del mundo hacen lo mismo en este periodo.
El rol del periodismo
A veces, como periodista y comunicador, siento que los mismos medios de comunicación también olvidan las noticias positivas, de aquellos gestos desinteresados, solidarios que otras comunidades hacen a su prójimo. Y en vez de eso, estos mismos medios se entregan a este sistema de consumo, bombardeo de imágenes falsas, vacías y sin “música” (contenidos). Nos olvidamos que podemos entregar un mensaje positivo y propositivo. Tanto la Tv como el resto de las plataformas multimediales, pueden también ser a un aporte hacia una reconstrucción de la humanidad.
Don Juanito, me decía también que ni siquiera el mismo remezón que nos dio la naturaleza el año 2010 con el terremoto, hizo reflexionar al chileno en torno a cómo ser mejores personas. Una reflexión bastante dura pero cierta, en algún sentido.
La Navidad es para mí el reencuentro, la amistad, el amor, el respeto, el perdón. El acompañar, el decir aquí estoy, junto a ti. El estar con los niños y vivir con ellos su magia, la magia de compartir y no ver sólo en el regalo, la verdad del nacimiento de Jesús. La Navidad me inspira a escribir pensando que mañana Chile y el mundo serán espacios más sustentables, unidos, solidarios, alegres (!), cercanos, felices.
La Navidad para mí es música y villancico. Es un periodo de cuentos mágicos. De sentirnos mejor como personas, como lo decía anteriormente, más humanos. Más fieles a nuestros principios. A hacer de los valores (respeto, amor, admiración, saber perdonar, entrega de…) un cofre con tesoros.
En esta navidad 2012, propongo que desde la comunicación, dialoguemos más. Conversemos más. Con profundidad. Que logremos afianzar lazos (humanos), que logremos ser más felices que preocupados, que valoremos lo que tenemos cerca y enriquecerlo con más fuerza que nunca. Dejar los egos. Valorar el espacio que tenemos. La vida, la salud, la compañía. Nuestros seres queridos y amigos.
Desde esta tribuna de mi blog, les deseo que en este mes de la navidad, sean más felices y miremos juntos hacia una sociedad más solidaria, inclusiva, menos estresada, y por cierto…más alegre.
Un abrazo desde Chile
7 comentarios:
Ciertamente estoy muy de acuerdo contigo en que, los chilenos en particular, hemos perdido la esencia de la navidad.
La navidad en Chile se ha convertido en una maratón de compras, en una oda al consumismo, a través de la cual le enseñamos a nuestros niños a ser cada día más ostentosos y materialistas, a validarse frente a sus pares en función de quién tiene la bicicleta más "bacán", el Nintendo wii o el Playstation más caro, el iPod, el iPhone o el juguete más tecnologizado, si es que el "Viejito Pascuero", "Santa Claus", "Papá Noel" o como quiera que le llamen al viejito de rojo que poco o nada tiene que ver con la navidad les trajo.
Lo más sorprendente es que siendo una fiesta eminentemente cristiana, muchos de los llamados cristianos caigan en este juego de fatuidad, banalidad y apariencias, olvidando que se celebra el natalicio de Jesús, quien predicó precisamente todo lo contrario.
Peor aún, somos nosotros mismos como padres quienes les trasmitimos ese arribismo a nuestros hijos para suplir el poco tiempo y atención que les dedicamos, quizas a causa de que empezamos a ser considerados y evaluados como simples activos en nuestros trabajos, disociando nuestra productividad de nuestra humanidad, y asumiendo que el valor de las cosas está dado por su valor económico.
Gracias a Dios, aún recuerdo mis años de infancia en que esperábamos la navidad como si se tratara de un cumpleaños, con chocolate caliente, queques hechos en casa y galletas, donde agradecíamos cada regalo por pequeño que fuera, aunque nunca llegó el camión de palitos que siempre quise, las navidades en familia en que la mayor alegría consistía en estar todos juntos.
bueno amigo, me sumo a tus relexiones y lo dejaré hasta aquí por hoy.
Un cordial abrazo para todos y una felíz navidad de reflexión y recogimiento.
Que contundente tu comentario, Rodrigo. Interpretas muy bien la realidad, mi reflexión y valoro tu honestidad en plantear tu opinión frente a una realidad que preocupa. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
Pienso que este concepto consumista, estresante y poco cristiano de la Navidad es ya globalizado. En algunos países más que en otros se convierten en fechas obligadas de compras, aglomeraciones y gente con listas de compromisos interminables. Creo que podemos hacer mucho. Empezando por nosotros mismos, por nuestros hijos y nuestro entorno. Hacer reflexiones de este tipo nos ayudan a distanciarnos por un momento de lo material para recordar que la Navidad debería ser más bien una fecha de celebración espiritual en familia y en paz, rodeado de los afectos y del verdadero espíritu que motiva esta celebración. Abrazos desde Buenos Aires
Estimada Beatriz, muchas gracias por tu comentario. Y tienes mucha razón: hay que empezar por nosotros mismos, por nuestro entorno y dar el ejemplo a nuestros hijos y niños. Te imaginas si "encadenáramos" tus reflexiones, con las mías, con las de amigos de todo el mundo que buscan un espacio más acorde a la (verdadera) esencia humana? Bienvenida a mi comunidad de lectores...hasta la próxima!
Oi Cristián, muito bom o seu texto.
O Natal, mesmo para os mais céticos, sempre trás o "espírito de Natal", que nos envolve, nos aproxima, nos faz pensar no nosso "irmão".
A mídia, é verdade, não quer falar sobre isso, pois não vende jornal ou revista. É, em parte, culpa nossa, que preferimos a notícia sensacionalista do que aquela que enaltece o coração, o amor, a solidariedade. Mas ainda vamos aprender um dia. Basta que o Natal se estenda por todo ano. Quem sabe?
Obrigado por compartilhar seu texto.
Um grande abraço,
Silvio T Corrêa
www.silviocorrea.com.br
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By Google,
Hola Cristian, muy bueno el texto.
Navidad, también para los más escépticos, siempre detrás del "espíritu navideño", que enolve, nos acerca y nos hace pensar en nuestro "hermano".
Los medios de comunicación, lo que realmente no quiere hablar de ello porque no venden periódicos o revistas. En parte es culpa nuestra, nosotros preferimos las noticias sensacionalistas que lo que eleva el corazón, el amor, la solidaridad. Pero aún así vamos a aprender de un día. Así como el período de Navidad para ampliar durante todo el año. ¿Quién sabe?
Gracias por compartir tu escrito.
Un fuerte abrazo,
Silvio T Corrêa
www.silviocorrea.com.br
Sim, Cristián, concordo contigo.E isso não se dá apenas no Chile. Como referes, é um fenômeno mundial esse de banalizar e mediocrizar encontros de introspecção e afeto, como o do Natal, de transformar essências em aparências, de se deixar levar por um senso comum que se arrasta atrás de nem se sabe o quê. Enfim, resta-nos a consciência, que nos vem através de textos como o teu. Pode ser que assim a gente se mexa um pouco e fiquemos fortes para andar na contramão desta correnteza, inflûenciando uma contra-corrente. Um grande abraço e obrigada pela reflexão. Myriam (myriam@blinkadvisory.com)
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Sí, Cristian de acuerdo contigo.E de acuerdo tambiem que esto es cierto no sólo en Chile. Cómo referes, este es un fenómeno mundial, o de mediocrizar e trivializar rituales y afecto, como la Navidad, transformar la esencia en las apariencias, dejarse llevar por un sentido común que se prolonga por detrás incluso de saber qué. Finalmente, nos quedamos con la conciencia de que nos llega a través de textos como el suyo.Asi, es muy posible que nos movemos un poco y estar fuerte para caminar en la dirección opuesta de esta corriente, influyen en una contra-corriente. Un abrazo y gracias por la reflexión. Myriam (myriam@blinkadvisory.com)- (Lo siento my espanhol malo)
Querido te puedo decir solo esto...nos vemos envueltos en todo esto y lo hacemos parte de nuestra vida queremos dar mas y mejor, cuando lo mejor y mas importante es el amor verdadero ese del abrazo gratificante y lleno de buenos deseos que no debemos ni siquiera expresar solo sentir...mi hija de 2 años y medio, me dio una enseñanza " esta mañana yo afanada buscandole un regalo que le gustara y quisiera en una gran tienda repleta de gente desesperada por obtener lo que buscaba,luego de comprarlo me subi al auto donde me esperaba con mi marido quien le habia dicho que yo andaba conversando con el viejito pascuero y ella me dice "mamá mi talo (lease regalo) que me mando el JOJO (lease viejo pascuero)creyendo que yo se lo entregaria en ese momento, yo no sabia que hacer y encontre un frugele (un caramelo) se lo entregue diciendole que eso le mandaba el JOJO...ella plena de felicidad gritaba "gracias JOJO por este hermoso Talo"...pense "y yo buscando freneticamente ago que la hiciera feliz para navidad dispuesta a pagar y endeudarme en lo que fuera y tenia en un bolsillo de mi cartera la respuesta...solo un frugele (caramelo y un beso de mi parte le basto para ser feliz..."
Asi que vaya para todos un gran beso y abrazo y miles de Frugeles (caramelos) de mi parte.
Marita
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