En pocos días más, junto a mi amigo y uno de los mejores publicistas de Chile, Francisco Vidal, estaremos presentando Buena Onda, mi primer libro en mi carrera como periodista y comunicador social. Ha sido una larga travesía para llegar a este día. Es por eso, que quiero compartir con los más de 11 mil amig@s de Chile, América Latina y el mundo, un extracto de este trabajo que he escrito con el corazón, con todo el amor que siento por la vida y la certeza que ronda en mis pensamientos de que sí somos capaces de ser el cambio que queremos ver en el mundo.
El libro será presentado en un encuentro íntimo con medios de comunicación locales de la ciudad de Concepción, representantes del quehacer académico, comercial e institucional de esta zona del sur de Chile. Es el punto de partido a la etapa número 2 de Buena Onda: búsqueda de una editorial que nos quiera apoyar para poder extender la venta hacia otras ciudades de Chile y América Latina, presentación en foros ciudadanos, académicos y empresariales. Dejo abierta la invitación para que amigos de América Latina también participen de este proyecto editorial ya que a través de este libro también proponemos un modelo de comunicación (efectiva y humana) que mejore el clima de las organizaciones.
Un abrazo a todos, Arriba los Corazónes y un saludo especial a mis dos hijitos Cristóbal y Agustín, mi familia y ustedes: mis amigos del Mundo!
Pasión por Vivir
La vida nos llevó siempre por el camino humanista, desde el colegio
hasta la Universidad. Y
siempre, el camino, el mismo: escribir,
escribir, sentir…vivir.
Para los que no nos conocen, y ya han visto algunos de nuestros
artículos y publicaciones, se darán cuenta que la mayoría apuntan siempre al
factor humano. Al corazón. A las ideas. Al vivir. Y procuramos también, inyectarlo
en nuestras vidas.
Para nuestros conocidos, no debe ser novedad, leernos y ver plasmado en
este trabajo los conceptos anteriormente descritos. Pero hoy, queremos agregar
un nuevo ingrediente a este libro: queremos ser directos, interpretativos de la
realidad.
El subtítulo lo dice todo: Pasión de Vivir.
Este último tiempo, nuestras vidas, que ha sido maravillosa en todo
sentido, han tomado caminos especiales. De momentos complejos, pero no menos
remontables.
En lo laboral, debemos confesar que nos sentimos agradecidos.
Experiencias de vida y de trabajo no sólo en Chile, sino en España, Argentina, Estados
Unidos, y desde aquí hasta el resto del mundo a través de nuestros artículos,
nos han inyectado una base de conocimiento y de energía que estamos seguros,
ustedes lo reciben.
Eso es lo que nos motiva también. Y en las dificultades, en las
derrotas, en los fracasos, si es que se puede llamar así, sentimos que la vida
nos da otra oportunidad. Siempre. Ahí ponemos nuestro voto en la fe y en Dios.
Nuestro trabajo académico con los alumnos. Nuestras clases. El
intercambio de información permanente con ellos, la juventud, es también un
balde de oxígeno puro. No hay nada más hermoso, que sentarte a conversar con
una alumna o alumno y dialogar en torno a ideas, necesidades, opiniones. La
relación profesor-alumno es tan importante, como la vida en pareja, en amistad,
paterna-materna. En busca de diálogo.
Y aquí hacemos un paréntesis. ¿Se han dado cuenta que el mundo –hoy- ha
perdido ese espacio? Sí. El espacio del diálogo, de la discusión
(constructiva), de conversar más que hablar. De saber escuchar. Por Dios: de
¡empatizar!
De decir las cosas sin tapujos ni prejuicios. Es curioso, las nuevas
tecnologías han acortado tiempos y distancias, en lo físico, pero al mismo
tiempo, se ha abierto una brecha enorme en las relaciones humanas efectivas,
duraderas y transparentes.
Y fijo un ejemplo: cuál es el tiempo real (es decir, profundo) que
dedicamos a una conversación con algún amigo, familiar, pareja. Y cuánto es el
tiempo que le estamos dedicando al chat, al mail, a la blackberry, al I-phone,
a los tablet. Al trabajo. Sumanos más horas en la oficina que en un abrazo, un
juego compartido, un café, un compartir…en familia o, simplemente, en amistad.
Cuánto es el tiempo que nos dedicamos a sentarnos a la mesa, al sofá, y
entablar una conversación de familia, de amistad, de compañerismo. Sin televisión.
Sin teléfonos móviles. Y acompañados. Queridos. Unidos.
¿Más unidad? ¿Más núcleo? ¿La protección de nuestros espacios? Más allá
del carrusel de emociones, intereses, presiones? No lo sé. Puede ser… La vida
está compuesta de momentos. Y de tiempos. Y el mundo, va en este camino. Lo
valioso es darnos cuenta. Y corregir a tiempo. Y eso es aplicable a todo. Es nuestro
mundo.
Ya, cerramos paréntesis.
Si hay algo que tenemos los latinoamericanos es calor. Sabor. Alegría.
Corazón de naturaleza que nos rodea, nos plasma. Ya sea en el Caribe, hasta la Patagonia. O
Centroamérica hacia Norteamérica. Pero todos tenemos una esencia latina que es
también un ingrediente maravilloso. Y eso lo decimos porque nuestras vidas,
siempre se han caracterizado por la alegría, el amor, la pasión con que hacemos
lo que hacemos. Pese a los errores cometidos, siempre hay pasión y también razón.
La energía humana, el saber, el aprendizaje rico en historia, con
grandes humanistas y científicos, forman parte de nuestra América Latina.
Cristián, en septiembre del año pasado hablaba con un ex alumno de
Derecho, sobre sus clases de actualidad y
de la importancia de las personas, por sobre las instituciones. A
propósito del despido supuestamente “injustificado” de un director de la Escuela de Derecho en una
conocida universidad del sur de Chile, y que por años fue emblema, admirado y
respetado.
El alumno le dijo que todo lo ocurrido con su director fue debido al
“lucro interesado de las Universidades”. No obstante, la respuesta de Cristián
fue que no. Tenía que ver con las personas. Con los recursos humanos. Con el
respeto por el resto. Por nosotros mismos. Por ese ser humano que ha dedicado
su vida a un proyecto, y lamentablemente…no se le valoró, y a muchos no se les
ha valorado. ¿Le suena?
Lo que sucede hoy en Chile y el resto del mundo, es que hemos perdido un
poco el norte de lo que somos: las personas. Quienes ejercen liderazgos,
autoridad, representación, han perdido la brújula del afecto, del respeto, de
la confianza. Y para qué decir del resto: también. Vivimos procesos continuos
de cambios. La vida es así. Se inician, de desarrollan y finalizan etapas. Y en
ese contexto, la base, la plataforma, el núcleo debe ser la persona.
La persona
Al
final, siempre apuntamos a lo mismo: ¿Estamos conscientes de lo que estamos
haciendo? Queremos superarnos ¿Realmente? Un gran amigo español de Cristián, el
prestigioso periodista Nacho García Mostazo, señalaba en una carta personal,
que “estamos hechos de plata y oro” y que la vida nos pone en situaciones
complejas, precisamente para relucir de lo que estamos hechos
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