Desde hace mucho años he sentido un cariño especial por el mundo de la arquitectura y el diseño. No sólo por lo que representa como aporte a nuestra sociedad desde tiempos remotos. Si no también porque considero a quienes hacen de ese oficio una profesión, verdaderos artistas y gente con una sensibilidad muy alta por los espacios y las personas. Mi bella hermana María Alejandra, quien se tituló de arquitecta en Chile y posteriormente desarrolló una carrera prestigiosa en oficinas de arquitectura en Chile y España. Y hoy, junto a mi socio y amigo, Ricardo Vidal Crisóstomo, quien además de ser un arquitecto responsable se ha convertido en un artista emergente de la fotografía.
Como Director y Fundador de mi empresa de comunicaciones C&AC Comunicaciones, la obra de Ricardo se ha convertido en una pieza inamovible de mi
plan de trabajo. Y con justa razón: su trabajo es sencillamente humano, majestuoso y que inyecta en mis pensamientos esperanzas. Cuando conocí a Ricardo, hace ya un año durante el lanzamiento de mi primer libro "Buena Onda" en Concepción, Chile, supe que este jóven profesional tenía un discurso propositivo y emprendedor a la vez.
Titulado de la U del Desarrollo en Concepción el año 2000, y con un caminar desde la fotografía desde hace 8 años, Ricardo Vidal es un claro ejemplo que la arquitectura y la fotografía van de la mano como socios inseparables y al mismo tiempo lo hacen ser un viajero del espacio y el tiempo sin retorno. Porque a donde va con su cámara fotográfica, su corazón queda plasmado en cada lugar donde aprieta el click de su cámara.
Dialogando con Ricardo, al alero de un espumoso café en un céntrico local de Concepción, Ricardo evoca imágen, naturaleza, pasión y ganas de exportar su obra recopilada en horas de largas conversaciones con la naturaleza. "El lugar te dice cuando debes fotografiarlo. Siempre a la espera que me sorprenda con un momento, un movimiento, la aparación o reaparición de hechos que hacen de la fotografía eso que a todos nos gusta: el asombro", me explica Ricardo al momento de establecer su filosofía de trabajo.
Ricardo le gusta el concepto de "sorprender". Porque es la manera de llegar a su público. Y conmigo lo logró. Sus fotografías son verdaderas piezas de arte en movimiento, como si la brisa bailara al son de una mujer sirena que danza entre las olas de un mar inmensamente azul o turquesa.
Sin duda que los paisajes naturales son los que marcan la obra de Ricardo. Pero también las ciudades y pueblos. "Los verdaderos habitantes de las ciudades no están en el centro, ni en las plazas turísticas o centros mundiales por excelencia. Están ocultos lejos del ruido del marketing turístico. Me pasó en Venecia, donde tuve que recorrer días para dar con el verdadero habitante de ese lugar histórico: están en los barrios, en la periferia".
Como asesor comunicacional de Ricardo, y promotor de su magnifica obra, concuerdo con Ricardo: "las personas hacen los lugares. Son quienes construyen dichos espacios y la propia historia". Sea Concepción, París, Rapa Nui o el Altiplano boliviano, Ricardo logra captar con nitidez, lucidez y sentido poético a la persona o ciudadana de aquel lugar.
"Las personas especiales aparecen cuando menos lo esperas", me dice Ricardo Vidal cuando hablamos de los momentos más intensos en su recorrido por el mundo. Es por eso que este trabajo que él realiza también tiene un denominador común: ser un aporte para los niños y la juventud. "Son ellos quienes deben aprender a valorar lo que tienen en su ciudad, país o continente. Y si mi fotografía logra inspirarlos, me doy por satisfecho".
A juicio de Ricardo, en el caso de Chile, un problema existente es que la gente no logra dimensionar lo que este país ofrece en cuanto a geografía y espacios de convergencia aportados por la naturaleza y la propia mano del hombre. Y claro, ahí está el desafío de Ricardo Vidal, seguir caminando. Seguir escalando cordillera, o deslizarse en un bote pesquero en búsqueda de una paz espiritual y al mismo tiempo solidaria con el resto de los que vivimos en este medio.
En mis 16 años de carrera como periodista y directivo, me ha tocado conocer importantes profesionales de la fotografía, sin embargo, la sensibilidad y calidad en la mirada de Ricardo, me sobrecoge. Me invita a seguir escribiendo y reflexionando sobre cómo podemos ser mejores. Cada imagen sea en nieve, mar, tierra o selva, lleva un toque de magia. La sonrisa de un hombre joven que de vez en vez debe escapar de la jungla citadina y perderse por los bosques cordilleranos chilenos o alguna ola del Mar Pacífico.
Y sea en español, francés o inglés, o en Rapa Nui, Ricardo siempre dirá con su corazón: "Vaya! Vívalo!
Si te interesa llevar esta exposición de Ricardo a tu ciudad, a tu galería o empresa, no dudes en contactarnos: c.sandovalc@gmail.com; ricardovidal05@yahoo.com.
Nuestros próximos pasos son Miami, Buenos Aires, Bogotá, y el gran sueño de Ricardo: Beijing.
Así es Ricardo Vidal Crisóstomo., un hombre y su sueño, un ángel que saltó desde la cima más alta del mundo, y convirtió sus alas en miradas eternas y reales....como el Salto Ángel de la gran sabana venezolana.
Hasta siempre!
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