Viví durante 18 años en Venezuela, y entiendo perfectamente
porqué este país, de 29 millones de habitantes y uno de los principales
productores de petróleo del mundo con más de dos millones de barriles extraídos
diarios (y la reserva petrolera más grande del planeta), es hoy noticia global:
murió Hugo Rafael Chávez Frías, el
hombre, el militar, el provocador, el articulador de cuanta organización y
redes en torno al ideario bolivariano, estableció desde Caracas hasta Cuba,
incluso Irán y Sira. Murió el personaje y objeto de miles de caricaturas a
nivel político, cultural y social.
A los 58 años de edad, y supuestamente debido a un cáncer que
nunca se informó en detalle por parte de él mismo y del gobierno, el teniente
coronel Hugo Chávez dijo adiós a su “revolución bolivariana”. Y la explosión de
noticias, análisis, cobertura, y lo que es más delicado, los sentimientos y
resentimientos que se han desatado tras el comunicado oficial del 16.25 de la
tarde de un 5 de marzo, siembran un escenario complejo e incierto.
Este es el panorama: murió Chávez y apenas conocida la
noticia, miles de policías y militares de las Fuerzas Armadas Nacionales
Boliviarianas, se desplegaron por todo el territorio nacional por órdenes del
Vicepresidente y eventual candidato oficialista, Nicolás Maduro, con el
objetivo de garantizar la paz dentro del territorio. Sin embargo, nada
garantiza que la obediencia de los militares venezolanos se mantenga, si en los
próximos días, la tensión se acrecienta en caso de la irrupción de grupos
delincuentes o paramilitares que seguirán el ideario del ahora fallecido Hugo
Chávez.
Según el artículo 233 de la Constitución venezolana, debe
haber elecciones presidenciales en los próximos 30 días. Es un hecho que el
candidato de la oposición será el actual gobernador del populoso estado
Miranda, Henríque Capriles Radonski. No estoy tan seguro que Nicolás Maduro, en
quien Chávez depositó su continuidad, sea finalmente el candidato. Es débil en
su discurso, no cuenta con el apoyo de las bases del movimiento bolivariano.
Anote: el candidato del oficialismo, será la gran noticia de marzo y no me
sorprendería que surgiera desde el propio entorno familiar de Hugo Chávez.
Antonio Ecarri
Bolivar, emergente figura política de la oposición venezolana y ex compañero de
colegio durante mi infancia en Venezuela, decía recientemente que el ambiente
en Venezuela se tornó mucho más complejo de lo que se esperaba y que el mensaje
que se debe fundar la campaña hacia las elecciones debe ser el de la prudencia. Ecarri dijo que la clave es fomentar la paz
y evitar caer en las provocaciones “de
los grupos que apoyarán la figura y tributo a Chávez” empoderado en el futuro
candidato o candidata del oficialismo.
El incremento de la violencia en las calles, es un escenario también posible y que espero no ocurra. Y lo señalo porque hoy Venezuela es el país
más violento de América Latina: sólo durante el 2012, murieron 21 mil
venezolanos a manos del hampa. La tasa de criminalidad es de 72 homicidios por
cada 100 mil habitantes. Cada media hora un venezolano es asesinado y lo que es
peor el número de muertes violentas es similar al de naciones en guerra. A
diferencia de otros países de América Latina, Venezuela no padece un conflicto
armado ni una guerra entre cárteles o pandillas. Pero la inseguridad es la
mayor preocupación de sus habitantes. Veintidós planes de seguridad después, y
tras el fracaso de once ministros, los catorce años de gobierno de Hugo Chávez
le valieron al país el segundo índice de homicidios más alto del continente.
Y al momento de redactar esta columna, amigos y colegas
periodistas me confirmaban desde las ciudades de Caracas, Valencia, Maracay y
Barquísimeto, que motorizados encapuchados disparaban al aire con el objetivo
de atemorizar. Por tanto, el clima social es otro de los grandes desafíos que
la tierra de Bolívar deberá superar.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1998, lo hizo no por ser
un político brillante o actor relevante. De hecho fue líder golpista en 1991.
Estuvo en la cárcel. Y entró a la arena política también proponiendo un cambio
que era urgente y necesario, en un país que cayó en una administración marcada
por la corrupción de dirigentes y autoridades. Chávez, pidió una oportunidad. Y
se la dieron.
El problema es que en 14 años de gobierno, el teniente
coronel perdió el rumbo. Su proyecto de un gobierno nuevo, social, apolítico,
se convirtió en un modelo –similar a Cuba- donde todo lo que prometió en
materia de gobierno inclusivo y sustentable, se convirtió en un gobierno de
polarización, violencia y protagonismos excesivos de parte del propio Chávez.
Expropiaciones, ineficiencia en el uso de los recursos petroleros, metamorfosis
desde un país producto agropecuario a un país importador, cierre de fábricas,
promesas de nuevas viviendas…todo quedó en negativo.
Y cierro este comentario,
señalando que no le creo al gobierno venezolano al señalar que Chávez
murió ayer en Caracas. De hecho, no se leyó ningún parte médico. Hugo Chávez
murió en Cuba. Fuera de su país. Y durante meses, se le ocultó la verdad al
pueblo venezolano. La razón: descalabro político y desequilibrios al interior
del movimiento chavista. Estamos en presencia, de una nueva ofensiva comunicacional para
construir una figura de “Mesias” en torno a Chávez y su legado.
Henríque Capriles, en tanto, ha sido cauto e inteligente: llamó a la tranquilidad, envió condolencias a la familia de Chávez y pidió mesura. Pero esta actitud será por poco tiempo. Una vez termine el duelo nacional, decretado por el gobierno y los funerales de Chávez este viernes, Capriles será el protagonista en las elecciones anticipadas.
Cual telenovela venezolana, esta historia no ha terminado.
4 comentarios:
excelente columna muy interesante.
Felicitaciones
Cristian te felicito primeramente por tu gran avance profesional. se te percibe en un gran nivel que, en el poco tiempo que compartimos aca en la ciudad de lota percibí en tu persona. lo segundo, es impresionante tu vision con respecto a venzuela. muy buena columna..sigue cosechando exitos amigo mio.
Cristian,ésta es la segunda oportunidad que tengo de hacer un comentario a un artículo tuyo. Y la verdad que me place hacerlo al observar la diferencia que hay de uno a otro (el anterior fue acerca de Chile).
En cuanto al artículo que presentas a los lectores en esta ocasión, expreso mi satisfacción tanto por el contenido como por su estructura. En referencia al contenido, me doy cuenta de lo que se puede aprender cuando se tiene al frente un escrito basado en el conocimiento y también quizá en la experiencia. Lo de Venezuela todavía da para rato. Lo presiento. Como sé bien poco del tema en sí, solo me decido a felicitarte por lo escrito.
Un saludo
Cristian,ésta es la segunda oportunidad que tengo de hacer un comentario a un artículo tuyo. Y la verdad que me place hacerlo al observar la diferencia que hay de uno a otro (el anterior fue acerca de Chile).
En cuanto al artículo que presentas a los lectores en esta ocasión, expreso mi satisfacción tanto por el contenido como por su estructura. En referencia al contenido, me doy cuenta de lo que se puede aprender cuando se tiene al frente un escrito basado en el conocimiento y también quizá en la experiencia. Lo de Venezuela todavía da para rato. Lo presiento. Como sé bien poco del tema en sí, solo me decido a felicitarte por lo escrito.
Un saludo
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