domingo, 21 de abril de 2013

Carta a un Amigo



Hola. Cómo estás. La verdad es que he estado pensando en ti desde hace varios meses. Visualizando tus emociones, tus pensamientos, tus necesidades como persona y como parte de nuestro mundo y universo maravilloso.

Eres mi amigo. Y por eso, esta carta. Para decirte, primero, lo mucho que te quiero y lo importante que eres para todos nosotros, especialmente para mí. Se me ocurrió escribir esta carta, abierta, sincera, sencilla. No quiero analizarte y analizarme, sólo expresarte que el mundo sigue esperándote. Y no te preocupes, que no está apurado. 

La vida sabe cuándo tomarás el tren y te convertirás en un pasajero libre y consciente que el recorrido será diverso, misterioso, doloroso pero también curativo.

Tus heridas del pasado, quedaron ahí, en tu experiencia. Lo maravilloso es saber y convertir dicha experiencia en sabiduría. Pero para eso, mi querido amigo, deberás viajar junto a un acompañante inesperado, y quizás no deseado por ti: tú mismo. Sí, irás acompañado por tu niñez, por tu adolescencia, juventud y más años hasta ahora. Nadie te dirá nada. Sólo tú y tus recuerdos. Tu felicidad al nacer, tu alegría al crecer y tu satisfacción al encontrar un camino independiente de tus padres y hermanos.

No sé si llamarte hermano, hijo, tío, abuelo o papá. Eres eso, mi amigo. Y cuando escribo estas letras, te imagino repasando cada uno de tus capítulos maravillosos en que tu corazón templaba tus proyectos.

Sin embargo, algo pasó: dicen por ahí que uno es el resultado de un comienzo de vida sólido, en amor, en respeto, en coraje y valentía, en consolidación de valores humanos. Si tu vida fue buena o mala, antes de comenzar este viaje…ya pasó. Hoy, comienzas un recorrido donde la estrella que te ilumine será tu capacidad de vencer los miedos, tus miedos.

Donde deberás aplicar conceptos tan dulces como lo son el perdón y la esperanza. Donde deberás descubrir que la vida va más allá de un sueño escrito en tu mente y ayudar a los demás. La vida empieza por ti amigo. Por empezar a evolucionar y dejar de revolucionar. Nuestro mundo, nuestro planeta se cansó de las revoluciones, ya sea industriales, informáticas, políticas o económicas. La naturaleza, clama porque evolucionemos. Y ahí está tu oportunidad.

No entristezcas…llora! Las lágrimas purifican. No sonrías…ríe! Aprende a respirar….inhala esperanza, oxígeno de amor, de trabajo, de orden, inhala creatividad y cómo ser mejor persona sin esperar del resto…y exhala todo lo malo que te ha tocado vivir y hacer. Exhala la contaminación de tus malos pensamientos, de la basura que has dejado en tus recuerdos, del orgullo, de la soberbia, de ese sentir que la vida es injusta mas es el resultado de tus propios pensamientos.

El respirar junto a un árbol, un libro, un café o un buen amigo o amiga, te vendrá bien en este viaje. Los periódicos del mundo anuncian que un pasajero del mundo visitará templos, bosques, personas, instituciones, hogares y un sinfín de paisajes cuyos laberintos serán tu desafío de vida: encontrar lo perdido en tu viaje de vida hasta ahora.

Se valiente. No pierdas la visión amigo. Descubre tu valor y recupera tu voluntad. Si dudas de tu valía como persona, será difícil el camino. No obstante, cree en ti, pero en grande. No eres parte de uno…sino de todo. Tu voluntad de ver y creer más allá de lo pequeño que puede ser el mundo para ti.

El amor propio y tu autoestima surgirá como consecuencia de hacer lo que hay que hacer cuando toca hacerlo. Acepta tus emociones pero no te apegues a ellas. Energiza tu cuerpo, cuídalo, hónralo, dile cuanto lo quieres. No oigas a los demás, escucha la voz de tu interior, tus pensamientos en positivo, transparentes, y cuya señal sea: evolución, madurez.

Amigo, que maravilloso será tu viaje. No eres un niño. Pese a que veces lo proyectas. No eres un anciano, pese a que a veces lo simulas. Eres persona, hombre. Que ha construido proyectos importantes, pero aún no has concluido el más grande: lo descubrirás cuando llegues a puerto. Y recuerda cuando llegues a ese destino: no será lo que encuentres, sino el viaje, lo aprendido, lo vivido, lo compartido y lo crecido.

Derrota tus miedos, y enaltece tu fortaleza: busca en tu certeza que es lo mejor de ti. Y ponlo en tu maleta. No abandones dicha fortaleza, que será tu arma, tu espada, para vencer dichos miedos. Derrota la pobreza espiritual, derrota el orgullo, derrota tus años perdidos y vence con tus años por triunfar.

Amigo, me tengo que ir. Te quiero hacer un regalo: mi amor. La luz. La fuerza. Mis pensamientos que también irán contigo. Recuerda en cada parada, observar, escuchar y reír. No olvides que Dios te acompaña. Abraza el árbol que más te guste. Bebe agua. Y escribe en una libreta lo que sientes. Te resultará entretenido escucharte cuando llegues a tu destino.

Hasta pronto amigo querido. Buen Viaje.




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