Se ha hablado tanto de ti en estos últimos 6 meses
desde la elecciónpresidencial del 7 de octubre pasado. Y mucho más, con tus
comicios de este domingo 15 de un mes de abril de 2013, que millones de
venezolanos y latinoamericanos, no olvidaremos por mucho tiempo. Cual película
suspenso, hoy te han convertido en una verdadera caricatura de la política de
nuestro continente verde, amarillo y azul.
Te han manoseado con votos y sin votos. Te han
vapuleado con promesas, con barriles de petróleo, y ya te han ulcerado tus
caminos con más de 50 venezolanos que mueren al día debido a la violencia
desmedida, al hampa, que también viste de cuello, corbata y rojo.
Venezuela, donde cohabitan 28 millones de seres
humanos. Que ríen, pero hoy lloran. Que disfrutan (soberbiamente) pero también
millones miran noblemente lo que te pasa. El país donde tus hojas hermosas de orquídeas
se marchitan de tanto odio, rabia e ignorancia, comenzando por un hombre que
dice ser tu Presidente, y que te condena con sus palabras que denotan
fanatismo, engendro de violencia, mentira y más división.
El hombre que te han puesto a la cabeza, por tan solo siete millones de y medio de votos,
de un total de 18 millones. Es decir, menos de la mitad de tus electores, y
para que decir respecto a la totalidad de los venezolanos. Nada. Absolutamente,
nada. Y duele. Hasta los corales más puros de tu Caribe azul y turquesa.
¿ Y la esperanza? Te preguntarás. ¿Y el amor y la
unión de todos tus habitantes? Te cuestionarás…Y el cambio de estación cual
invierno pasa primavera, te habrás preguntado. ¿Cierto? Dios, Venezuela, lo y
no lo creo. El cambio está ahí. En los corazones de millones de venezolanos que
sí eligieron a una nueva persona, que lo apoyaron, que no tuvieron miedo. El
cambio está en que un hombre que se dice que es Maduro (y lo que representa es
el tamaño de sus pensamientos y burdas palabras), ha obtenido una derrota
política. Ganó –hasta ahora y sin recuento transparente- electoralmente. Con el
auxilio de sus militares, corruptos tribunales electorales, y sin la mano de
una justicia institucional (o divina).
Uno de los que más te quiere, y que se llama
Henríque dijo por ahí que los Tiempos de Dios, son perfectos. Lo dijo la primera
vez en que se atrevió a desafiar a un hombre que murió de cáncer, después de su
Revolución. Yo creo Venezuela, que llore quien llore, ría quien, celebre quien
celebre en este día, seguirás siendo un país noble, de raíces profundas de
amor, alegría y sabor, sólo que hoy aún la cubre un manto de barro, basura y
contaminación. Tranquila, que como dice el dicho no hay mal que dure 100
años. Hoy te han ulcerado por casi 14
años. Y quieren herirte durante 6 años más.
Hoy, sin duda, amaneces más débil. Y con ganas de
llorar. Llora, hace bien. Que tus ríos Orinoco y Amazonas se nutran de tus
lágrimas. Que tus Andes, Àvila y miles de Cerros más abracen tu dolor con el
verde de tu esencia, de tu pacha mama.
Eres más que todo éste teatro del absurdo o
realismo mágico distorsionado. Vales por la historia que has escrito a través
de tus páginas de humillación, triunfo, libertadores sin ínfulas de fanatismo y
violencia en sus corazones…vales más por tus triunfos artísticos, deportivos,
culturales, humanos…de tu naturaleza hermosa y radiante.
Párate Venezuela. Eres fuerte. Pujante. Y puedes
aún más. Hasta el final. Tú sabes contar. Hazlo firme. Recuenta cada uno de
aquellos papeles donde más de siete millones de corazones te dijeron
que sí.
Hazlo ya. Y con fe. La fuerza de ti como país es más que la suma del odio, la rabia y la ignorancia.
Confía Venezuela, confía en la gente que sí te
quiere. Que sí luchará por ti. Que se la jugará por ti. Los niños, los jóvenes,
los artistas, los creyentes y no creyentes, tus aborígenes, tus inmigrantes,
tus hijos, tu selva, tu desierto, tu sabor, tus llanos…tu Caribe…ellos siguen
ahí. Y trabajarán porque vuelvas a sonreír. Y Vivir.
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