Escribir. Respirar. Inspirar. Soñar.
Estar en alerta.
Miradas que van y vienen. Sueños y pensamientos que se unen. Fragancias que quedan en mi corazón, como recuerdo vivo de aquellos años que fueron, y otros que no volverán. Pero también, sintiendo esa sinfonía del viento que me traerá momentos nuevos, maravillosos e inolvidables.
La vida de un periodista es especial. Se escribe, se reportea. Se entrevista. Y se busca aquello que sentimos puede trascender. En ese sentido, procuro escribir buscando siempre lo mejor.
Hasta aquí, he escrito de todo un poco. De mi vida, de otros, de mis hijos, de mi país que se divide en dos: Venezuela y Chile. De mi mundo y mi planeta, que se multiplica a través de mis viajes, de mis amigos, de mis sueños y esperanzas.
Es por eso, que a mis 41 años de vida, me siento feliz de poder escribir esta columna, en aras a decretar nuevos caminos, nuevos proyectos que trazan un recorrido de luz hacia un lugar maravilloso: el de las letras, el de mis libros que quieren volar de corazón en corazón.
De mis letras que anhelan compartir sentimientos y reflexiones con todos ustedes.
Desde hace un par de años, di por iniciada mi nueva cruzada de vida: el de ser escritor y compartir con ustedes algo más que mi visión como periodista y comunicador social.
Como dice mi gran amigo y colega, Carlos Franco, en un hermoso prólogo dedicado a mi segundo libro, he tenido el coraje de abrir mi corazón y mis ideas, convertirme en un periodista papá, en un periodista hombre y ciudadano del mundo. En un periodista que escribe en libertad, en amor, en deseo propio de búsqueda de una felicidad que está a mi alrededor.
Hoy, sigo esta cruzada. Navego entre días maravillosos pero también complejos. Sorteando lo difícil y a veces imposible. Luchando por dar lo mejor de mí, formando a mis dos pequeños hijos, que a futuro serán grandes protagonistas de sus propios caminos, exitosos, grandes seres humanos, solidarios, amantes, corajudos y sensibles en torno a sus respectivos proyectos de vida.
Mientras trabajo como asesor de comunicaciones, también hago clases. Capacito a futuros profesionales en torno a la comunicación y les entrego herramientas para ser un poco más felices.
Pero sigue siendo el camino de los libros, mi norte. En la búsqueda de aquella Musa que me espera con sus brazos abiertos, páginas en blanco, listas para ser escritas en cuerpo y alma. Para llenar sus albas hojas, de inspiración, de aromas, de sueños, de esperanzas. De mí.
Es por eso, que a través de esta columna que hoy le escribo al mundo y al Universo, extiendo mi llamado a aquel escritor, editor o director de alguna casa editorial que me ayude a publicar mi segundo libro "A Pura (da) Vida", y el resto de lo que están en carpeta y desarrollo. Porque mis libros de la Vida, de las Conversaciones, del Amor, de los Viajes.
Busco editores que quieran publicar mis trabajos. Busco empresarios que vean en el contenido, una manera diferente de hacer negocios con una mirada en los contenidos. Busco la mano amiga, que me ayude a avanzar en mi camino como periodista y escritor. Busco a aquellas personas que confíen en el trabajo de un periodista navegante, pasionario, y optimista.
Hoy, 5 de abril. Pleno otoño sudamericano, le escribo al Universo, al Planeta, que me lee, y que a través de este Blog ya llegan a las 45 mil personas de todo el mundo, a que me ayuden en esta cruzada de las letras, esta aventura maravillosa de escribir libros o productos editoriales que sean de ayuda para niños, jóvenes, adultos y esa hermosa generación mal llamada tercera edad, y que yo prefiero llamar: personas sabias, queridas y millonarias de experiencias por compartir.
Hoy le dije a una persona muy especial, que salí de pesca. En el día de la Resurrección de Jesús, día en que sentimos que todo se renueva, renace... bueno, yo también Renazco como ustedes! Y decidí salír a pescar por aquella o aquellas personas que me ayuden a navegar y llevar mi carga a buen puerto... Busco Editorial, Busco Cumplir mis sueños...
Iluminado, Decretado y Unidos!
Gracias!
Cristián
c.sandovalc@gmail.com
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