Suena duro decirlo, pero es verdad. Chile, el país donde
resido, donde nací y nacieron mis dos hermosos hijos. El país la poesía de
Neruda, Mistral, Rojas y Parra (el antipoeta), el país cuyo norte es apetecido
por los científicos más importantes del mundo (Observatorios
Astronómicos), de los mejores vinos de América
Latina y –dicen- que del mundo, el país de exquisita geografía (desierto,
nieve, bosques y mar)…hoy es un país donde la política, la economía y la
televisión ( o mejor dicho los grupos más importantes de medios) han convertido
a este país en un reality show.
No puede ser que el más del 60% de la programación sea para
adultos, y lo que es peor: televisión basura.
No puede ser que la lectura tenga
un costo tan alto para el consumidor, ya que se grava con el 19% de impuesto
sobre el valor original. Y peor aún: todo ello y más a una educación de pésima
calidad en establecimientos públicos, y en menor medida en privados
(irresponsables), han originado que el 45% de los jóvenes que egresan de los
colegios y se aprestan para incorporarse a la Universidad, ese 45% no comprende
lo que lee, ni lo que multiplica y peor: no sabe redactar.
Un país que en los últimos años le ha tocado vivir
situaciones difíciles por no decir traumáticas como el terremoto y maremoto del
27 de febrero de 2010; constantes frentes de mal tiempo azotando especialmente
a los pobres que aún viven en espacios denominados mediagua (6 x 3 metros
cuadrados), sobreendeudamiento de la población en general, especialmente la
clase media (estafada descaradamente por las tasas de interés más altas del
mundo de los bancos en Chile), y que
alcanza al 70% de los habitantes en Chile. Post Data: el 60% del sueldo de un
chileno o chilena común se destina hoy a pagar deudas o créditos. Ups.
Sociedad Fracturada
Y todo esto en medio de una sociedad disgregada,
competitiva, y soberbia. No hay puntos de equilibrio que muestren que en este
país se busque una conciliación entre la sustentabilidad de todo proyecto de
vida, laboral, económico, social, cultural.
La mejor muestra de lo que somos hoy en Chile lo puede ver
en sus noticieros: minutos y minutos para pugnas políticas oficialistas,
opositoras, discusiones sobre si una presidenta debe pagar ante la justicia por
su ineficiencia como líder de gobierno en el pasado terremoto y que va más allá
de la persona, portadas sobre veinteñeras que venden en millones de pesos chilenos
sus más recientes escándalos con futbolistas o personajillos de la televisión, o
sencillamente, de la noticia burda, sensacionalista, agotadora, cruel o sin
contenidos.
Eso es…nos hemos quedado sin contenidos. Habiendo tantos.
Hasta ahora, a mi juicio, el único debate serio ha sido el
de la educación y las movilizaciones estudiantiles, por una mejora en la
calidad de la enseñanza universitaria, de su infraestructura, del endeudamiento
de los estudiantes y sus padres. Ese estimados amigos, ha sido un buen debate.
Pero sin periodicidad, sin equilibrios y determinación a zanjar esto ahora. Por
el bien de Chile y su gente.
Y nos olvidamos que el mundo existe. Y que mientras
siliconadas mujeres, talk shows plantean como debate arrogancias sexuales de
sus invitados, o el diputado que pelea con otro diputado sólo por aparecer en
la prensa…mientras ello sucede, Europa y sus habitantes tiemblan frente a la
recesión económica y millones quedan sin trabajo y todo el descalabro de vida.
O en Siria, país de Medioriente, donde desde enero del año
pasado, más de 10.000 personas, entre mujeres, niños, ancianos y jóvenes han
muerto, 25.000 han tenido que refugiarse en otros países, y la dictadura del Al
Assad ha dejado sin agua, luz y alimentos a la población que reclama libertades
civiles, democracia verdadera y supresión de un estado policial que se ha
mantenido durante 40 años. No. Eso no es noticia. Siria es un país donde existe
un desastre humanitario de proporciones y a punto de convertirse en un segundo
Afganistán. Y recordemos lo que sucedió con Afganistán: terminó con el desastre
de Al Quaeda y las Torres Gemelas.
El mundo gira intensamente. Y nosotros en Chile viviendo un
show de realitys.
Hasta la próxima.
1 comentario:
Desearía saber cuándo el panorama este -que se nos presenta como algo tan novedoso - fue distinto, yo recuerdo la muerte del poeta Pablo Neruda en el momento más triste de su vida, moría el presidente Allende ¿moría de forma natural o por alguna enfermedad? uds como habitantes del suelo chileno lo sabrán. Esto ocurrió hace más de 40 años. Pensemos y regresemos más en el tmpo, ¿cuándo se respetó la forma de vida de los pueblos originarios? Sabemos perfectamente cómo han sido tratados nuestros hermanos mapuches, lejos en el tiempo y ahora. Podría pasar horas mensionando injusticias históricas. Pero no debemos creer q esto ocurre y ocurrió en un país, sabemos q es igual en casi todo el mundo. Sobre todo, esto de estar informados pero no saber nada. Y los q tienen el poder.... no son los q deberían y puedo seguir pero lo dejo picando aquí.
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