Lo primero: en lo netamente actual, vemos cómo políticamente
nuestras naciones siguen sumidas en sus propios procesos de cambio,
transformaciones o crisis para otros. En Europa, con la cesantía y desempleo;
en Medio Oriente con la violencia en Siria y las interminables pugnas entre
Israel y Palestina, y los secretos de Irán en torno a su poderío militar. En
nuestra América Latina, un cada día más enfermo Hugo Chávez, y con un pie en el
paso de la vida a la muerte producto de su cáncer; litigio Chileno-Peruano por
varias millas de mar (y enriquecimiento pesquero); México con un presidente (joven) que necesita
liquidar a los cárteles cada día más sanguinarios; Brasil, eterno Brasil,
creciendo económica y socialmente, y preparándose para el Mundial y Olímpicos…
En definitiva, nuestro globo moviéndose cada día más rápido
y no nos damos cuenta…que los años van transcurriendo entre noticia y noticia,
deberes y deberes, necesidades y metas por satisfacer, sueños…que se nos
pierden en el vacío de las ideas, las ganas y la fe.
Diciembre, mes en que cada día nos convertimos en piezas
movidas cual titiritero, por las grandes tiendas y el comercio. No digo no que
exista, digo que salvemos el equilibrio justo de las cosas. Y no perder la
esencia de un mes que debería motivarnos al rencuentro, al perdón, al amor, a
la alegría, a las ganas de trabajar sustentablemente, felices, motivados. Y no
indignados, como en Europa, USA o acá mismo.
Mientras escribo, los videos en youtube se multiplican por
millones y nacen especímenes multimediales como el coreano que tiene hasta a
Obama como público en Nueva York. Me pregunto, qué pasa con el crecimiento
exponencial de las ciudades sustentables, alegres, humanas, vivibles. Qué pasa
con la solidaridad bien planteada, y expresada más allá de las campañas.
Me indigno al escuchar un jingle radial en Chile, donde un
niño le dice a su papá que ya no cree en Santa Claus o Viejito Pascuero, porque
es lento, y no trae tantos regalos como la tarjeta Cencosud (principal retail
de Chile y gigante latinoamericano). Me asusto, pero también me motiva a
escribir y hacer un llamado desde esta tribuna a todos los padres y madres de
mi maravillosa Latinoamérica para que les entreguen una educación en valores a
sus hijos, para que seamos guías y maestros verdaderos de nuestros hijos y futuro del mundo…
Navidad, fecha en que los cristianos celebramos la llegada
de una figura superior, y en la que creemos. Respetando las creencias y fe de
otros. Multiplicando interpretaciones. Pero compartiendo emociones,
sentimientos, música, gastronomía, sueños…amor.
Escribo, y me imagino que estoy acariciando a cada uno de mis dos hijos Cris y Agus. Y
les digo con cada letra: Chamitos míos…la vida va más allá de lo que están
viendo y sintiendo. Hay un fondo. Ya no hay porqué sino para qué.
Un abrazo desde Chile para todos! Y que sea un mes de
diciembre…un poco más humano y sensible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario