Newtown: Los Ángeles Lloran (análisis de una tragedia)

Duele decirlo, pero debo hacerlo: ¿Porqué? Porqué 20 niños inocentes, hermosos, llenos de vida y (sabia) ingenuidad debieron morir el viernes pasado en un pueblo cuyo nombre sólo evoca optimismo y proyección (Newtown). ¿Porqué? Qué diablos pasó por la mente de ese desquisiado de 20 años de edad, para quitar la vida de 20 ángelitos de entre 6 y 7 años de edad, además de 7 profesores que intentaron ser escudos humanos al proteger a dichos niños… Dios, ¿porqué?

Me pregunto en este breve artículo, porqué existe en Estados Unidos la tenencia legal de armas. ¡Hasta cuándo! ¿Sabía usted que sólo este año han ocurrido además de esta tragedia, cinco matanzas más?

El primero ocurrió el 2 de abril en la Universidad de Oikos en Oakland, California. Un hombre armado mató a siete personas donde puso en fila a sus víctimas y las ejecutó una a una. El 20 de julio, James Holmes, de 24 años, ingresó a una sala de cine en la ciudad de Aurora, en el estado de Colorado, donde estrenaban la película de Batman ‘The Dark Knight Rises’, y asesinó a 12 asistentes, dejando también a 58 heridos. Un tercer hecho ocurrió el 5 de agosto durante una misa en un templo situado en Oak Creek, Wisconsin, cuando un hombre asesinó a seis personas y, posteriormente, perdió la vida en un enfrentamiento con la Policía.

Ese mismo mes, dos personas perdieron la vida y ocho resultaron heridas en un tiroteo en las afueras del Empire State, en Nueva York. El autor de la masacre, Jefrey Johnson de 58 años, murió luego de enfrentarse a los agentes federales de Estos Unidos que atendían la emergencia. Un mes más tarde, el 27 de setiembre, un extrabajador de una compañía en Mineápolis mató a cinco personas de su oficina y se suicidió tras ser despedido.

Sin embargo, en la memoria de los estadounidenses aún descansa la masacre ocurrida el 16 de abril del 2007, cuando un estudiante surcoreano mató a 32 personas en el campus de la universidad Virginia Tech, en Blackburg (noreste). Posteriormente se suicidó.

¿Y qué hacemos al respecto? ¿Cómo reaccionamos en América Latina frente a verdaderos desastres como éstos? Este mundo, que cada día avanza más global, más rápido, más competitivo…¿dónde queda lo humano, lo sensible, lo cercano…? ¿Cómo abordamos estos hechos sin que quede en el olvido? Qué pasa con las autoridades que ven suceder estos hechos y siendo (supuestamente) país del primer mundo, podrían gestionar un cambio real y concreto al respecto.

20 niños, de 6 y 7 años, el viernes pasado jugaban, soñaban, reían, pensaban en mamá y papá (nosotros), pensaban en un mundo donde según ellos…la vida era más bella. 7 adultos, pensaron en protegerlos y se convirtieron en héroes para toda la vida. Y un hombre joven, de tan sólo 20 años, perdido en su vida, desorientado, y seguramente contaminado por una vida sin vida…decidió la mañana del viernes pasado…decirle al mundo: aquí estoy, y aquí muero…con ellos.

Qué la pasa al mundo. Qué nos pasa a nosotros, que nos falta por hacer y decir….porqué cada día somos más soberbios, nos gusta joder al otro y más encima competir con deslealtad y falta de humanidad.

No quiero ser pesimista, pero esta noche al escribir estas letras, siento que en esos 20 niños, estaban también parte de la esencia de mis dos pequeños hijos…Cris y Agus. Y pienso en sus papás….en la vida, en el amor, en el respeto, en la protección, en los valores!

Pero quiero creer y seguir luchando por un mundo mejor. Por lo menos, desde estas líneas…

¿Me apoyan?

Un abrazo y que Dios bendiga a esos angelitos y héroes de Newtown.