Y ahí vamos otra vez. Los estudiantes chilenos nuevamente
saldrán a las calles de las principales ciudades del país en un paro nacional
convocado tanto para la educación secundaria como universitaria, tanto en planteles
públicos como privados. Marchas que
dibujarán un nuevo mapa en el difícil conflicto Gobierno-Estudiantes por una
educación pública, gratuita y de mejor calidad.
El tema dejó de ser debate, si alguna vez lo fue. Ahora es
quién gana el gallito. Por una parte, el gobierno del presidente Sebastián
Piñera, quien ha apostado por sumar actores políticos en el Parlamento, además
de protagonizar incluso él mismo, encuentros con los dirigentes. Y por otra
parte, los cientos de estudiantes que dicen no a todo lo que propone el
gobierno, sin dar espacio a un estudio
profundo, real y empático.
Hay señales que indican que el movimiento estaría debilitado
después de varios meses de movilizaciones, huelga de hambre, visitas al Palacio
de Gobierno, Ministerio de Educación, entre otros organismos. He revisado los
principales portales en internet en Chile, y he visto opiniones de numerosos
jóvenes que ya critican a sus dirigentes estudiantiles. En una clara señal que -efectivamente-
el movimiento estudiantil dejó de ser un movimiento ciudadano.
Sin embargo, los chicos, me refiero a los dos principales
líderes (Camila Vallejos y Giorgio Jackson) se pasean por los principales
medios de comunicación generando una corriente de opinión pública desfavorable
hacia el gobierno y especialmente, el presidente Piñera.
Asimismo, he visto mensajes de apoyo desde el extranjero, especialmente
desde Brasil, hacia la movilización de este jueves 22 y sus líderes.
Este nuevo paro servirá para medir si realmente el movimiento
estudiantil sigue a firme. Y si son capaces de “boicotear” el nuevo llamado del
gobierno a los estudiantes secundarios a inscribirse en el plan gubernamental “Salvemos
el año”, y evitar repetir este periodo de clases. A la fecha, más de 70 mil
escolares ya han perdido sus clases. Y el gobierno amplió el plazo como una
medida estratégica para seguir sumando bajas al movimiento estudiantil.
En definitiva, nuevamente seremos testigos de un nuevo round
Gobierno-estudiantes. A mi juicio, esto ya es inédito en América Latina. Un
gobierno que ha sido golpeado tanto en lo político como en lo social por estos
chicos. Y a su vez, este movimiento estudiantil que está experimentando una metamorfosis
interesante como fenómeno social y hasta…cultural.
Seguiremos atento a los hechos…saludos para todos.
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