Qué
curioso, cuando Chile vivía momentos de mucha tensión social, desunión,
divisiones, odiosidades, surge un hecho que en cuestión de segundos (gracias a
las redes sociales) ha unido a todo este país sudamericano. Un hecho inédito.
Jamás visto. Donde importantes representantes del mundo de las comunicaciones,
la empresa, la cultura, las fuerzas armadas y la responsabilidad social…al
momento de escribir este artículo, estaban desaparecidas en algún lugar del
océano pacífico, cerca de la Isla Juan Fernández.
Chile está
en shock. El avión donde viajaban estas 21 personas que iban a la Isla Juan
Fernández a participar de una actividad de reconstrucción post terremoto
(Levantemos Chile), no llegó a su destino físico, pero saben? Han arribado a un
lugar mucho importante: hoy son ejemplo de humildad, de esfuerzo, de trabajo,
de ganas, de unidad. Han abierto una ventana que necesitábamos en Chile:
unidad.
Hoy hay
cadenas de oración, de ayuda, de buenos deseos. Todo Chile comenta la noticia.
La tragedia. Hay mezcla de fe, de
optimismo, de desesperanza, de incredulidad. Consternación. El accidente da la
vuelta al mundo, al igual que la tragedia de los 33 mineros el año pasado.
El equipo
de prensa y del consagrado programa matinal Buenos Días a Todos, de Televisión Nacional de Chile, que viajaba
en el avión de la Fuerza Aérea siniestrado en las cercanías de la Isla Juan
Fernández, es sinónimo de comunicación humana. El mejor ejemplo de que
comunicar con un sentido social, cercano, integral, sí se puede.
Para mis
lectores extranjeros, lo que sucede hoy en Chile es un hecho inédito. Por la
prominencia de los personajes involucrados ( el animador, Felipe Camiroaga y el exitoso empresario,
Felipe Cubillos, entre otros profesionales con menor exposición pero con gran trayectoria
en sus rubros), por el objetivo que tenía el viaje (apoyar a la comunidad local
de Isla Juan Fernández en su proceso de reconstrucción post-terremoto), por el
escenario social que se vive en Chile cuando se produce este accidente… por el impacto que
ha generado en la opinión público.
Para mis
lectores nacionales, mi primera interpretación de esta tragedia es que en
situaciones como ésta, es cuando el país debe estar más unido que nunca,
aprender de este tipo de acciones, valorar las comunicaciones, difundir la labor
social como una noticia mayor, global, humana.
Los 21 pasajeros del avión de la Fuerza Aérea, son hoy héroes,
ciudadanos, nuestros, imagen de un país que cree en el desarrollo, en las
personas.
Mención
aparte para el matutino Las Últimas Noticias de Santiago de Chile, que en un
hecho asqueroso y completamente descriteriado, publicaron en su portada de este
sábado un titular haciendo mención indirecta al fallecimiento del animador
chileno, Felipe Camiroaga (“EL ULTIMO VUELO DEL HALCON”), cuando todavía no hay
confirmación del hecho. Eso,
antiperiodismo. Eso es interés por vender por sobre informar.
Detestable lo que
hizo este medio.
Cierro este
primer artículo de varios que escribiré este fin de semana, enviando mis
condolencias a la familia de los desaparecidos, a Televisión Nacional, donde
tengo colegas, amigos y gente admirada, y mi orgullo por el nivel de compromiso
de las autoridades de gobierno, militares, medios de comunicación, y por
cierto, la sobriedad y seriedad que el equipo de Televisión Nacional (empresa a
la cual pertenece el equipo desaparecido) ha mostrado en la cobertura.
No sé porqué, pero con este accidente hoy hablamos más tranquilos, hablamos de la familia, hablamos de sentido de equipo, de respeto, de unidad, de tristeza y dolor, sumado a la esperanza.
Fuerza 21!
Fuerza Chile.
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