lunes, 12 de julio de 2010

Waka Waka: España, y el arte de ganar un Mundial… en tan sólo 2 partidos. Mi análisis.


Copa del Mundo. Alegría. Ganas. Sabor. Pasión (al rojo vivo). Calor. Hoy, España celebra. Y en grande. Pero también, en medio de una severa crisis económica que tiene a 4 millones 600 mil personas desempleadas. Seguramente, un balde de oxígeno y optimismo que millones de hispanos necesitaban. Son los nuevos los campeones del mundo. Triunfadores de Sudáfrica 2010. Su primera Copa, en 82 años de participación.

La de este domingo, será recordada como la final más ruda de todas las finales de la Copa del Mundo, desde 1930, en Uruguay. Fíjese que hubo 12 tarjetas en total, 7 amarillas para Holanda y 5 para España. Y un expulsado, el holandés Heitinga.

Holanda jugó un partido irreconocible. El peor de todos los que ha jugado desde su “refundación” como equipo a partir del año 2008. Al igual que Alemania, frente a España, Holanda no jugó a nada. Perdón. Sí. Jugó a autoeliminarse. A meter patadas. A instalarse atrás y defender. A lo que hizo Alemania, Brasil, Inglaterra, Italia, Francia, Portugal y compañía… a especular.

Imagino la pena de los hinchas holandeses. Y la frustración de otros, entre los que me incluyo, porque tal como lo señalé en mi artículo anterior, Holanda reunía el mérito de haber hecho un gran trabajo deportivo desde las clasificatorias, ganando todos sus partidos y en este Mundial, lo mismo. Ganó todos sus partidos, de manera muy simple: jugando bien a la pelota.

Pero justo cuando debía repetir la misma fórmula, hizo lo contrario. Se olvidó que el futbol se juega con los pies, con la cabeza…y con el corazón.

Golpearon y molestaron hasta más no poder. Incluyendo la asesina patada que le dio Wanderwiel a Xabi Alonso, en el pecho. Gracias a Dios, el español, salvó ileso. Pero era para expulsarlo y además, quitarle el derecho a jugar fútbol de por vida.

Así como defendí el excelente juego Holanda, durante todo el Mundial. Hoy quiero destacar el pundonor, el sacrificio y la concentración de España. Los hispanos aprendieron la lección de todos los Mundiales anteriores: para ganar hay que jugar con sabiduría, con voluntad, con garra, con ganas de marcar un gol…pero no durante 10 ni 20 minutos.

España salió con ganas de anotar un tanto durante todo el partido. Y ojo, que pudieron ser por lo menos 3 goles. Luego vino la genialidad del catalán Andrés Iniesta, quien batió al meta holandés, en el minuto 116 del alargue del partido.
¡Por fin! Habría sido injusto llegar a los penales. Y más encima, que Holanda hubiese ganado. Tenían el 50% de probabilidad.

No. La historia quiso otra cosa. Los españoles, quisieron escribir otra historia.

¿MÉRITOS?

Con el perdón de mis amigos españoles, pero hay que ser justos: En este Mundial sólo jugaron 2 partidos de manera brillante y avasalladores: frente a Alemania y frente a Holanda.

Recordemos que en primera fase debutaron con una derrota frente Suiza, y en un apretado partido con Chile, ganaron por un gol de diferencia. ¿Se imagina si Mark González hubiese abierto el marcador en el primer tiempo cuando Chile controlaba el partido? Y ante Honduras: 2-0.

Al igual en que la primera ronda, en octavos y cuartos de final, los hispanos ganaron muy apretado. 1-0 frente a Portugal, y repitieron el mismo libreto frente a Paraguay.

Si es por regularidad, disciplina táctica, eficiencia en el control del balón, Holanda debió ser el campeón. Incluso, tras un proceso clasificatorio realmente espectacular, ya que ganaron todos los partidos de su fase. Y con jugadores de un talento notable como Robben y Snejider. Y un portero, muy seguro.

Incluso hasta Uruguay hizo mérito. Clasificaron últimos en repechaje frente a Costa Rica. Y en este Mundial, vinieron de atrás. Y llegaron a semifinales con un rendimiento notable en disparos al arco, 17 por partido. Con un equipo aguerrido. Bien armado en mediocampo. Y por cierto, entre sus integrantes, el que sería premiado como el mejor jugador del Mundial, del delantero charrúa, Diego Forlán. Sí, un uruguayo.

Pero la final, es la final. Y aquí los números no sirven de nada, si sales a la cancha con una actitud diferente. Que fue lo que hizo España. Jugó como equipo. Corrió toda la cancha. Aguantaron las patadas de los holandeses. Jugaron concentrados.

Me gustó el juego de España, porque atacaban y atacaban. Al igual que Chile. Es opinión de muchos que tanto España como Chile, fueron los únicos equipos del Campeonato, que salieron con una vocación más ofensiva que defensiva. Y en la final, primó eso. La ofensiva.

Las palabras del entrenador español, Vicente del Bosque, son claves: “este es un mérito del equipo y del proceso”. Y tiene razón. Del Bosque, un técnico que –al igual que su colega holandés- se hizo cargo de un equipo que ya venía en un proceso de transformación gracias a Luis Aragonés, y gracia a ello, fueron campeones de la Eurocopa del 2008. No hizo ningún cambio a ese proceso. Tomó lo mejor, incorporó nuevos valores jóvenes y a trabajar!

¿Mérito? Si revisamos a esta nueva España, vale la pena. Casi toda su plantilla vienen de dos equipos acostumbrados a ganarlo todo: el Barcelona (el actual mejor equipo del mundo a nivel de clubes) y el Real Madrid. Del Bosque, un entrenador también acostumbrado a los triunfos.

Otra clave de este resultado, entonces. Para España, no era su primera “corona” deportiva. Faltaba ésta. La del Mundo. Y la que tanto anhelaban. Con ello, se une al exclusivo club de Francia (Mundial 1998-Euro 2000) y Alemania (Euro 1972-Mundial 1974) que logra esa dupleta.

España, ha logrado lo que ningún equipo había hecho: jugar de manera irregular desde un comienzo. Confiados. Sobrados. Incluso, hasta soberbios, incluida la prensa deportiva española (incluido Marca). Pero de a poco aprendieron la lección y se dieron cuenta que había que cambiar la actitud. Lo malo, es que lo hicieron al final. En los dos últimos partidos. En la semifinal y en la final.

Ojalá que este proceso no termine. Ojalá que reine la humildad, en los españoles. La sabiduría, incluida su técnico. Porque esta España deslumbra. Y dicta cátedra.

Enhorabuena Campeones!

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