Díganme loco, absurdo o apasionado del deporte, pero luego de haber participado activamente en un reciente congreso sobre emprendimiento e innovación en la ciudad de Concepción, sur de Chile, se me vino a la cabeza el actual momento del club deportivo Futbol Club Barcelona, en España.
¿Qué tiene que ver un equipo de fútbol con emprendimiento? Con desarrollo? Con economía pujante y abierta? Y más encima, qué lecciones podemos sacar en Chile y América Latina, del excelente rendimiento que exhibe este equipo que dejó de ser exclusivamente español, y ahora es seguido, admirado y reconocido por millones de personas en el mundo.
En esta oportunidad, les pido disculpas a mis lectores por la extensión de este artículo, pero me vi en la necesidad de extenderme debido a la cantidad de ideas que surgieron esta semana. Y bueno, con ello reemplazo mi ausencia del blog durante esta semana.
Acabo de participar en la denominada Cumbre de las Regiones, organizada por una corporación de empresarios del sur de Chile que abogan hace años por una mayor y mejor descentralización en Chile, con el objetivo de discutir temas sensibles y claves para el desarrollo como es precisamente el emprendimiento, la innovación, los problemas económicos, las reformas constitucionales. Temas que se discuten desde la década de los noventa por cierto.
Mi primera impresión de esta actividad (a la cual asistieron un centenar de personas) es que me desconcertó la ausencia de autoridades y líderes claves del gobierno, así como de altos representantes del sector privado chileno. No sólo de la región donde se realizó el encuentro, sino también de todo el país. Y para qué decir de una mejor cobertura informativa. No sólo material informativo, sino explicativo, con análisis, con perspectivas.
Elegí la mesa de emprendimiento e innovación y me llamó la atención el alto compromiso y nivel de ideas planteadas por las personas que asistieron como público: estudiantes universitarios, pequeños y medianos empresarios, dirigentes sindicales, académicos, entre otros.
Ideas
Al momento de escuchar atentamente las reflexiones sobre lo qué está pasando en Chile en materia de desarrollo y crecimiento (pendiente), además de los problemas sociales que vivimos, me hizo pensar por un momento qué pasaría si como Intendente tuviéramos al actual entrenador del Fútbol Club Barcelona, el jovencísimo y experimentado ex jugador, Josep Guardiola, mejor conocido como “Pep”. Qué pasaría si tuviéramos como jefes de servicios o seremis a jugadores de la talla de Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Carles Puyol, entre otros, grandes futbolistas consagrados que hacen de este equipo, una máquina deportiva e institucional respetada, admirada, exitosa, ¡querida!
¿Ha visto un partido del Barcelona? ¿Lo ha visto jugar últimamente tanto en campeonatos nacionales como internacionales? ¿Ha visto los entrenamientos en que los jugadores se preparan partido a partido? La compenetración y convencimiento jugada tras jugada, leía y practica con anticipación y ejecutada con eficiencia, talento…arte.
En mi caso, sin ser un experto en deportes, sino un simple observador y seguidor de casos exitosos, veo un partido del Barcelona y ¿Qué veo? Compromiso, confianza. Respecto a eso, ¿ sabía usted que en Chile, según un estudio de la Organización de Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE), sólo el 13 por ciento de los chilenos tiene confianza en el resto? Es decir, somos un país de desconfianzas.
Vea usted el caso de Barcelona, jugadores que creen en su técnico, y un técnico que cree en todos sus jugadores. Una institución, y un presidente que cree en su equipo técnico, y un staff que confía en las políticas deportivas, sociales y económicas de su directiva.
Veo el aterrizaje de nuestro joven delantero, Alexis Sánchez, y siento orgullo y alegría. Simplemente porque llegó a un sistema donde cada pieza funciona, de manera eficiente. Trabaja, juega, vive, siente. Es recibido con confianza, pese a los agoreros que decían cómo podía ser contratado por un fichaje tan alto en materia económica. Y ahí está. Más allá de los millones de dólares que costó el pase del chileno desde el Udinese, en Barcelona, fue recibido como uno más, sin cartel de estrella, porque allí todos son UNO.
Cada jugada del Barcelona, es una actividad preparada, ejercitada, motivada.
Y me remonto a mi ciudad de Concepción y mi país, Chile, y veo como la actividad en general está tan dispersa, veo cómo nuestros recursos, especialmente el capital humano, se desaprovecha. Y me pregunto: qué nos falta para querer más a nuestras ciudades? Qué nos falta para ser más comprometidos más integral, más unidos, con una línea de trabajo bien planificada, estudiada, y compartida por todos.
Estrategia
Un joven profesional de la Universidad de Concepción, Pablo Catalán, planteó varios conceptos interesantes y uno de ellos me gustó: hermanarnos con ciudades exitosas como Vancouver, Seattle, Boston, Barcelona, Dublin, Toronto, entre otras. Ciudades que tienen una identidad, donde sus ciudadanos la defienden, la quieren, trabajan por ella y DESDE ellas… proyectar y crear ciudades creativas, ciudades humanas, ciudades donde cada uno de sus participantes hace un aporte significativo.
Y vuelvo al seminario de esta Cumbre, y observo tanta inquietud, expectativa, pero también desesperanza porque existe el temor, que todos los diagnósticos, acuerdos y compromisos suscritos en un documento queden allí: en un papel oficial y donde no sabemos si por fin habrá un DESPERTAR en nuestra sociedad regional chilena. Donde cada región se siente próspera, participativa, respetada y con anhelos.
Por momentos, regreso a ese arte del juego que practica el Barcelona, un equipo que no ha improvisado nada.
Un equipo con 111 años de experiencia, con 170 mil socios a nivel mundial y en crecimiento, con 21 títulos en la Liga Española, 25 Copa del rey, 10 Supercopas, 4 Liga de Campeones, 1 Copa Mundial del Mundo de Clubes, entre otros cientos de trofeos. ¿Se puede llamar improvisación a eso?
En Chile, lamentablemente y duela a quien le duela: se improvisa. Pese al esfuerzo que muchos trabajan hoy en sacar adelante este país con estudio, planificación, y liderazgo, lamentablemente seguimos improvisando: la mejor muestra está acá mismo en Concepción, donde tuvo que pasar más de un año después del terremoto para que recién demuelan vestigios horribles que marcan a una ciudad y sus habitantes y nos recuerda que seguimos siendo subdesarrollados.
Pendiente
A más de un año aún hay gente que vive en campamentos de urgencia, aún hay personas que caminan para llevar agua a sus casas…y lo peor de todo es que la ciudad ha perdido armonía urbanística, sin una regulación urbana eficiente y respetada. Casas y más casas por sobre edificios, calles estrechas, aumento de tránsito automotor, mala calidad de las aceras, espacios de esparcimiento escasos y son protección…ausencia de espacios naturales, llámese parques, centros recreativos, culturales, cines…y en vez de eso, más malls, centros comerciales. Y no estoy en contra eso. Estoy en contra de lo que dije anteriormente: improvisación por sobre la planificación.
O donde la educación, sigue en compás de espera, pese al esfuerzo de muchos: estudiantes, profesores, autoridades, pero lamentablemente carecemos de eso que tiene el Barcelona: CONFIANZA, DIÁLOGO, CERCANÍA, RESPETO, INSTITUCIÓN.
En esta Cumbre de las Regiones realizada en Concepción, se habló de muchas cosas. Hubo discusiones. Hubo aportes. Hay diagnósticos. Hay gente que está trabajando mucho por el desarrollo de nuestra ciudad, especialmente desde el área universitaria, de investigación, de proyectos, y numerosos microempresarios.
Pero el denominado “ecosistema” de emprendimiento está fallando.
Presiones financieras, desigualdad, delincuencia, injusticias, en fin. La soberbia de muchos “líderes” especialmente políticos y sindicalistas, la arrogancia de grandes empresarios y corporaciones, las dificultades que se viven al interior de las familias, y un contexto mundial donde todo avanza muy rápido, global, social, tecnológico…
Hacen de nuestra realidad-país un escenario digno de mirar con seriedad. Pero saben, tengo fe. Creo en Chile y América Latina.
Sabía usted que el Barcelona tiene en sus filas jugadores de origen no sólo españoles, sino también franceses, holandeses, brasileños, argentinos, camerunenses, y chilenos. Es decir, que importante es la diversidad, la pluralidad de ciudadanías, cada una con un gen diferente
Por tanto, sí es posible vivir en una ciudad más amable, creativa, humana, eficiente, inteligente, multicultural, con identidad. Necesitamos líderes urgente. Y de todos los ámbitos: políticos, sociales, culturales, deportivos. En la educación, hay numerosos.
En la economía, hay numerosos líderes empresariales. Pero estamos todos dispersos.
Y cierro este artículo imaginando que ganamos el campeonato mundial como la mejor ciudad del sur de Chile, por el respeto de su entorno, por la presencia de un capital humano líder, creativo, emprendedor. Donde la calidad de vida es un orgullo y no un perogrullo. Al igual que en Barcelona, y su equipo que nos está dando una gran lección.