domingo, 8 de julio de 2012

Pensar Creativa, Actuar Humana y Vivir sin Fin


Un gran saludo a todos desde la ciudad de Concepción, acá en el sur chileno, donde el invierno nos tiene a todos frotándonos las manos y buscando calor. Triste panorama, porque en menos de un mes, ya han muerto 14 chilenos en situación de calle, debido a las bajas temperaturas (- 6 grados centígrados durante la madrugada). El año pasado, murieron 52, debido a lo mismo.

Me pregunto, cómo en este país, considerado la sexta economía más grande de América Latina y que sólo por concepto de venta de cobre (su principal producto de exportación) durante el primer semestre del 2011 ingresaron casi 8 mil millones de dólares, aún haya gente que se muere en la calle…de frío. Qué contraste. 

Introduzco este artículo de hoy así porque he estado reflexionando en los últimos días sobre la importancia de pensar de manera creativa, actuar lo más humanamente posible y vivir…sin límites. ¿Qué tiene que ver con la intro hecha al principio? Mucho.  Pienso que el tema de la pobreza, de la desigualdad social, la violencia, la fractura de nuestras ciudades debido a la contaminación, el desempleo, las dificultades en materia educacional…tiene que ver con la actitud y el poder de decisión que tomanos como ciudadanos frente a ello.

Escenario complejo. Difícil. El tiempo corre rápido. Nuestros quehaceres nos consumen. Nuestras obligaciones laborales, personales. ¿Y cuándo paramos? ¿Cuándo nos detenemos a pensar y observar el entorno y de verdad, ver a la persona que nos rodea? ¿Qué pasa con la clase dirigente, política, económica, social, religiosa…qué pasa con el sector productivo privado y quienes toman las decisiones finales? Me preocupa en el caso chileno, que el tiempo pasa, y los problemas son los mismos.  Aún no veo a una sociedad chilena más creativa, más humana y más vigorosa en término de creer en un vivir más sano y alegre. 

Es duro mi diagnóstico. Y lo planteo así porque me preocupa.  Se habla tanto de sustentabilidad, de responsabilidad social, de transparencia. Y me pregunto  cómo estamos actuando al respecto. Especialmente, los que (supuestamente) piensan y deciden el presente y futuro de nuestras ciudades. ¡Eso! Ahí está. ¿Pensamos en nuestras ciudades y en sus personas? (que no es lo mismo que habitante).

Ahí voy con el pensamiento creativo. Cómo articulamos políticas de estado, mediante acciones concretas y que no se vayan corroyendo con el tiempo, con el discurso electoral o sencillamente con la indiferencia.

Este primer semestre, también ha estado en la noticia los abusos contra niños en jardines infantiles, colegios y liceos. Y me abruma. Porque son los niños, las semillas del progreso. Son ellos, quienes van a liderar el desarrollo de nuestras ciudades. Y qué decir de los miles de jóvenes chilenos que deben sobreendeudarse para poder estudiar una carrera profesional o universitaria.  Datos: el costo de las universidades chilenas es el más alto del planeta: 41% PIB/cápita.  El aumento de los aranceles es escandalosamente alto: 60% en 12 años. Y lo que es peor, un hijo universitario implica un gasto superior al 40% del ingreso familiar de los tres grupos de menores ingresos en Chile.

En definitiva, los universitarios chilenos tienen el mayor endeudamiento de todos los países. ¿Qué se hace al respecto? ¿Donde está la decisión, justa, económicamente sostenible, y la convergencia de apoyos políticos realmente democráticos, inclusivos y que sea el que Chile necesita?

Y cierro este artículo haciendo referencia a cómo estamos viviendo en nuestro país los escenarios que nos muestra la realidad, los medios de comunicación y nuestro entorno directo.  ¿Se acuerda del 1º Informe Mundial sobre la Felicidad  encargado por la ONU a la U. de Columbia (USA)? Se lo recuerdo: Chile se ubica en lugar 43 entre 156 países, en un ranking que lidera Dinamarca, Finlandia y Noruega.

En lo global  pareciera que estuviéramos relativamente bien ( 8 mil millones de dólares por venta de cobre, instituciones políticas aún no contagiadas con quiebres institucionales, no somos un epicentro de violencia callejera como en México, Colombia o Venezuela, entre otros factores), sin embargo el problema viene cuando llevamos este indicador al plano latinoamericano: estamos en el lugar 12 entre 26 países.  Somos superados por costarricenses, venezolanos, brasileños, argentinos y colombianos.

En este ítem, nos juega en contra el tema de la desigualdad del ingreso, lo aspiracional que somos, la falta de confianza social y aunque no lo crean mis amigos extranjeros: los problemas emocionales, somos uno de los principales países con graves índices de depresión.

Chile aparece 41 en el ranking global, pero al hacer lo mismo con los sentimientos negativos (preocupación, tristeza, depresión y enojo),  la tierra de Neruda, Mistral y exquisitos vinos, aparece 132, en una lista donde el primero (Myanmar) tiene menos sentimientos negativos y el último (156, Territorios Palestinos), el que tiene más.

Sí, hay que Pensar Creativa, Actuar Humana y Vivir sin Fin.

¡Feliz semana a todos! Y no es ironía… J

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