jueves, 13 de junio de 2013

Susurros del Otoño (y algo más)

Un piano y su música. Una poesía, su prosa. Una playa: su calor, su esencia, la arena entre nuestros pies. Una sonrisa, la alegría o complicidad. La vida. Siempre la vida.

En este día jueves, en que seguimos avanzando, trabajando, emprendiendo y luchando, no debemos olvidar lo esencial: lo que somos y hacia dónde queremos ir. Disfrutar lo simple, lo cercano. Lo que nunca deja de estar ahí cuando transitamos entre calles, ruido, contaminación, tareas pendientes y preocupaciones (muchas, evitables).

En una excelente tertulia sostenida -recientemente- con dos importantes amigos arquitectos chilenos, llegaba a la conclusión personal que nuestras ciudades cada día precisan de  ese momento especial, donde dejamos de correr, de  mirar hacia abajo absorbidos por los celulares, o sencillamente dejando de ver a quiénes están ahí para un saludo, una mirada.

En esta tertulia, hablamos de la ciudad, de su entorno, de la gente, de la vida en alegría y menos estrés, de aquellos quienes son protagonistas falsos, y aquellos anónimos quienes lideran un cambio social, cultural, político o humano verdadero.

Crisis, Estrés, Endeudamiento, Injusticias, Dolor, Desconfianzas, Conflictos…son los conceptos que más escuchamos hoy a través de los medios y del mismo “diálogo” (especialmente a través de las redes sociales digitales) que sostenemos con nuestro entorno.

Mi proyecto por esta ciudad y su buena onda, radica en todo lo contrario: en abrir espacios de diálogo, de reencuentros, de alegría, de ideas propositivas. De generar un espíritu constructivo, solidario y alegre. Más simple y menos estratégico. Como periodista y ahora escritor, me siento escalando esta montaña acompañado por las miradas de todos ustedes quienes me leen desde Chile y hacia el mundo. Y cuento con vuestras reflexiones.

Mi país de nacimiento, Chile, vive momentos complejos: ya lo he dicho. Donde la soberbia, las desconfianzas y la desigualdad, a veces (o muchas veces)  nublan los buenos momentos y las buenas acciones de aquellos que sí están viviendo o haciendo ciudad-sociedad humana, integrada y sustentable.

En este año electoral chileno, en que los políticos han ensuciado aún más la belleza de la política y los medios son incapaces de abrir espacios de reflexión que no estén dominados por el rating (de la silicona, el amarillismo y las peleas ajenas), siento que cada uno de nosotros vamos adquiriendo más fuerza, más ganas, de liderar, de emprender y generar estos cambios que necesitamos consolidar.

Todos los días trabajo con mis dos alumnos principales: mis hijos Cristóbal y Agustín. Con ellos, trabajo los valores del respeto, la confianza, la transparencia y el amor. Y les pregunto:

-¿Que hay en tu corazón hoy? Buena Onda (me responden).

-¿Y en tu maravillosa mente? Ideas positivas, papi.

Los invito a practicar la buena onda, el descanso en medio de la vorágine, el café en medio del estrés, y las ideas positivas, para contrarrestar las dificultades.

Un abrazo, y gracias por subir conmigo esta montaña en este Otoño maravilloso y sus susurros inolvidables a través de los colores de sus hojas pintados en sus ramas y calles...


C

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