Buenos días.
Tienes que decirlo siempre así: con optimismo. Con ganas. Con energías. ¡Buenos
días!
Porque el poder
que hay en las palabras es inmenso. Lo
he comprobado como periodista, y ahora como escritor. Y hoy, a través de las mismas letras quiero desearte
el mejor de los buenos días. Y recuerda:
En cada detalle
de lo que observas, en cada momento que dedicas a escucharte y darle un espacio
a tus ideas, a tus necesidades, estás configurando el mejor espacio para
empezar de nuevo. Lo mejor de cada día es que siempre comienza de nuevo. ¿Te
has fijado lo maravilloso que es la vida? Dios nos regala el poder de escuchar,
de hablar, de conversar, de proponernos una meta, de compartir, de beber un
café exquisito en la mañana o disfrutar de un jugo de fruta natural que la
naturaleza nos regala….
Pensar en
positivo, mirar la vida en perspectiva…decretando abundancia, esperanzas,
sueños y amor.
No permitir que
lo negativo se transforme en el primer bocado de la mañana. Siempre tiene que
ser dulce.
Es como la primera foto: la que queda. Que tu primer sorbo al llegar
a la oficina, a la sala de clases o a tu casa sea así: con aroma, con alegría y
con fe.
En mi segundo
libro que escribo a pasos agigantados, narro la historia de una mujer y un
hombre que buscan el sentido al sin sentido. Y en algunas tertulias que
sostienen en su recorrido por la calle y en su café de la esquina, perciben
esto que hoy te quiero regalar: perciben la esperanza! Y las ganas de vivir una
vida mejor.
Siente, piensa,
vive. Atrae con tu actitud, tu buena onda. Los resultados, llegan.
Dialoga con
optimismo. Empatiza, se firme y no tengas miedo. Abraza la esperanza. Y empuja tus manos hacia esa cima que se llama: vivir, alcanzar y disfrutar.
Trabaja con la
fuerza de un barco que navega con seguridad hacia un puerto maravilloso, y un
país de nuevas historias…
Buen lunes para ti,
para mí y para todos.
1 comentario:
Toda la razon profe a veces uno despierta pensando mal malas cosas y con poco animo creo que ultimamente no .e he dado tiempo de escucharme, asi es la paradoja ahora que tengo mas tiempo menos me escucho ni oigo lo que realmente quiero, hay mucho ruido en el exterior que te dice que hacer y finalmente no te escuchas a ti mismo.... mal muy mal
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