jueves, 4 de agosto de 2011

CONFLICTOS ESTUDIANTILES ¿La voz de los jóvenes chilenos o sólo rabia y manipulación?


Chile vive un día complicado este jueves 4 de agosto. Cientos de estudiantes secundarios y universitarios se han tomado las principales calles y avenidas de la capital (Santiago) y otras regiones del país, con el objetivo de manifestar –nuevamente- su rechazo al plan de medidas anunciadas por el gobierno del presidente derechista Piñera, en torno al mejoramiento de la calidad de la educación.

Y la verdad, es bastante complejo y delicado el escenario o ambiente que se está viviendo en el país, con motivo de este “enfrentamiento” o clima beligerante que ha tomado la relación Gobierno-Estudiantes.

Para decirlo en términos simples: los estudiantes chilenos no quieren nada con las actuales autoridades o no aceptan: ni las medidas propuestas así como la posición o actitud que plantea la autoridad respectiva. Originando un conflicto por sobre una discusión seria, responsable, desatada de presiones políticas y generando un imagen de un país donde lo que pisamos es mentira (Chile en camino hacia el desarrollo, como miembro de la OCDE).

Mi opinión como comunicador social es que todo clima hostil se convierte en una barrera infranqueable para lograr una conversación hacia una comprensión o entendimiento. Todos opinan. Todos quieren participar. En el caso de las demandas estudiantiles, opino que importantes dirigentes políticos se han aprovechado para “colarse”, y convertirse en cual Pepe Grillo que timonea las reflexiones de los líderes estudiantiles. En el caso del gobierno, sucede que han sido incapaces de anticiparse, y controlar política y comunicacionalmente el problema.

Problemas


Lo que debió haber sido una discusión abierta, inclusiva, propositiva, ¡comprometida!, se convirtió en una pesadilla, más para el gobierno que para los actores sociales. No entiendo porqué el actual gobierno no aprovechó los logros cometidos con la recuperación de las clases y escuelas tras el terremoto del año pasado, como una señal de actitud y aptitud de avanzar. No entiendo porqué comunicacionalmente no se ha mostrado casos positivos de logros en escuelas públicas, de esfuerzos docentes que vale la pena destacar.

No entiendo porqué no se ha apostado por campañas publicitarias propositivas, realización de seminarios ciudadanos donde se aborden medidas, acciones o donde se dialogue abiertamente. Eso quiere la gente. Conversar. Que la escuchen. Que la tomen en cuenta. Y eso no lo leyó el gobierno.

Y para qué decir de la oposición que prefiere cuál avestruz esconder la cabeza, y no sumarse a un proyecto país con miras a mejorar, crecer, incluir, sino esperar…mientras el que conduce…choque…y luego asumir el poder.

Sé que la realidad de la educación secundaria y superior en Chile no es de un país desarrollado. Es desigual. Cara (una de las más altas del mundo) y donde los profesores (no todos, por favor) han caído en una espiral de dificultades: calidad, remuneración sobre horas de trabajo, necesidad de trabajar en hasta 4 centros educacionales para hacerse de un sueldo digno. Y si nos vamos a la educación superior, aunque no lo quieran reconocer, los entes privados han logrado equiparar e incluso superar en calidad a universidades tradicionales. El problema, es que para obtener calidad hay que pagar más

Dolor al bolsillo


En cifras, una carrera tradicional en Chile oscila desde los 3 millones de pesos al año (US $6.600 dólares), hasta caso 6 millones 500 mil pesos (US$ 14 mil dólares). Qué bolsillo de clase media hacia abajo resiste dicho monto, en un escenario donde la gran mayoría de los chilenos está sobreendeudado. Pero es la realidad. Y es la que ha llevado a que los jóvenes miren su futuro con preocupación.

Si la educación es un lucro o no en Chile no es el tema. Hay que ir al fondo de esto. Y no lo digo yo. Lo dicen los que sí son expertos y lo reconoce hasta el mismísimo presidente Piñera: Chile es un país con una distribución del ingreso mayúsculo. Tenemos tasas de interés (la máxima convencional) que son “usureras” según lo dicho por el primer mandatario chileno en reunión con empresarios.

Y si nos vamos a las aulas, especialmente en liceos municipales o estatales, vemos paredes sucias, pisos helados, sillas incómodas, pizarrones a tiza y borrador….pero lo que es peor: profesores aproblemados. Y jóvenes en conflicto.

Para obtener una educación medianamente digna tienes que pagar. Y los chicos creen que no. Que debería ser gratuita. Yo creo en la coexistencia de ambos sistemas: gratuito y público. Creo un sistema de educación donde nadie se quede sin estudiar lo que su vocación le dice. Creo en un sistema de profesores no se convierten docentes taxis que van de un lugar a otro para hacerse de un sueldo digno.

Creer


Creo en una educación de calidad, moderna, donde todos los alumnos van a clases a comprender además de estudiar. Van a leer, a escribir, a aprender el concepto de trabajo en equipo, a mantener sus espíritus creativos, capacidad de asombro. Y donde todos los sectores de nuestros país: comenzando por nosotros los papás, y pasando por el ente privado, público, ong, fundaciones…nos comprometemos a hacer de nuestros hijos excelentes estudiantes.

Hoy me llevé una grata sorpresa con mis alumnos de Ética Periodística, cuando comentábamos sobre el conflicto estudiantil chileno. Y me decían que la verdadera transformación de nuestra educación comienza en la cuna, en la familia, y de ahí al entorno. Y tienen razón. Un país donde la familia está en crisis, y más encima luego su comunidad se convierte en un ambiente de acciones negativas (droga, alcohol, corrupción), conlleva a un estado más crítico.

Me gustaría que de este conflicto que se vive este jueves en Chile se pase urgente a un ambiente de verdadera discusión. Un debate inteligente. Humano. Bien asesorado. Y algo que considero clave: sin manipulación política de ambas partes. Un debate de altura.

Hasta la próxima.

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